¡Un pequeño paso para el hombre…, pero un gran salto para la televisión!
Pero ¿cómo no se les ocurrió antes que la Tierra podía ser dirigida
hacia una órbita propuesta de antemano
y que así el hombre viajaría hacia cualquier lugar del espacio
a bordo de su propio planeta?
LA NAVE, Nicio de Lumbini
Ver llegar al hombre a la Luna el 20 de julio de 1969 fue uno de los acontecimientos más sobresalientes de la sociedad contemporánea. Su relevancia científica y tecnológica fue tan grande como su impacto social, cultural y político. La hazaña presenciada en directo por 650 millones de personas alrededor del planeta fue posible gracias al invento que casi dos décadas antes, había sido considerado como “la maravilla del siglo”, la televisión.
Desde 1950, la SCOP afirmó que la televisión sería un servicio de utilidad pública
En México, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas impulsó su desarrollo desde la década de los cuarenta, convirtiéndola en una realidad en agosto de 1950, cuando declaró oficialmente abierta la primera planta televisiva con operaciones en la Ciudad de México1. La dependencia quedó facultada para regular al nuevo medio en todo el territorio mexicano, destacando que su uso sería eminentemente social para hacer de él, un “servicio de verdadera utilidad pública.”2
En los años por venir, ‘la tele’ se modernizaría de la mano de los inversionistas privados que se sintieron confiados y atraídos ante los avances que, en materia televisiva, lograron investigadores como el ingeniero Guillermo González Camarena, quien abrió horizontes insospechados para este medio de comunicación masiva hacia la década de los sesenta. Por si fuera poco, la penetración de la televisión en las preferencias y la vida cotidiana de los mexicanos desató una fiebre por los equipos receptores que fabricantes como General Electric y RCA Victor se apresuraron a distribuir por todo el país.
Al inicio de los 60, la SCT decidió introducir microondas y señales satelitales
Bajo un nuevo nombre y con el propósito de implementar las innovaciones que anunciaban el futuro inmediato de la televisión en México, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes inició la década de los sesenta, decidida a introducir el uso de sistemas microondas y señales satelitales que permitieran mejorar el alcance, la duración y la calidad de las transmisiones televisivas dentro y fuera de la nación. De esta forma, la SCT informó en enero de 1960, que en la República Mexicana sólo seis estados carecían de canales de televisión: Chiapas, Oaxaca, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, por lo que trabajaría en la puesta en marcha de una Red de Microondas del Sureste de México, capaz de comunicar a esta región con el centro del país.
Los años 60: los colores del mundo en la televisión
En medio de la Guerra Fría, la televisión figuró dentro de la competencia tecnológica entre EU y la URSS
En un mundo dominado por la Guerra Fría que vio crecer a generaciones completas en un entorno de enfrentamiento entre las potencias surgidas de los escombros de la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), la televisión, al igual que cualquier otro avance científico-tecnológico del momento se convirtió en una competencia donde investigadores e ingenieros fueron llamados a encontrar ‘la solución tecnológica’ que les permitiera conquistar una hegemonía definitiva.3 De esta manera, México y el mundo arribaron a los años 60 del siglo pasado, beneficiados por importantes innovaciones, pero atenazados por la amenaza de un conflicto global que pudiera arrasar a la humanidad. Pese a las tensiones constantes, los colores del mundo lograron iluminar a ‘la tele’, gracias a que, en 1962, Guillermo González Camarena patentó en México y Estados Unidos el “Sistema Bicolor Simplificado”, antecedente de la televisión a color que, el 1 de septiembre de 1967, se volvió una fascinante realidad.4
Durante la década de 1960, la SCT amplió la infraestructura en telecomunicaciones
Por otra parte, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes anunció que la era de las microondas y los satélites definiría el rumbo inmediato de la televisión en el país, por lo que, la dependencia comenzó a sumar logros tan importantes como: las primeras transmisiones vía satélite con TELSTAR I (1963); la transmisión de la apertura de los Juegos Olímpicos de Tokio, Japón (1964); la primera transmisión intercontinental entre Estados Unidos, Canadá, México y Europa con el satélite Pájaro Madrugador (1965); la difusión experimental y en circuito cerrado, de clases de Telesecundaria (1965) y, la puesta en operaciones de la Red Nacional de Telecomunicaciones que incluyó la Red Federal de Microondas y la Estación Terrestre para comunicaciones Espaciales de Tulancingo (1968), la cual, por fin, permitiría enviar y recibir señales satelitales a lo largo y ancho del territorio nacional. Estas innovaciones conducidas por la SCT ampliaron el horizonte para comunicar a México con las otras naciones del orbe, además de que le permitió a los mexicanos, presenciar los momentos más importantes de la historia reciente.
“Viaje a la luna”, las imágenes de un sueño
Antes de 1969, el hombre viajó a la luna con el arte y la imaginación
Hasta 1969 el hombre había viajado a la Luna solo con su imaginación. La literatura y el cine fueron los medios que, desde varios años antes, propulsaron un cohete al espacio y lo hicieron salir de la Tierra para llegar a la superficie lunar.
Aunque las imágenes televisadas el domingo 20 de julio a las 20:56 pm, -hora del centro de México-, parecían producto de un sueño5, televidentes de todas las edades, se posaron emocionados frente a las pantallas de cristal instaladas en las salas de sus hogares, en establecimientos comerciales, patios de casas, hospitales y las cinco salas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que mediante 20 monitores transmitió en vivo el primer alunizaje del hombre. La radio y la prensa también divulgaron la odisea lunar, por lo que la población que carecía de televisores escuchó y leyó atónito, las crónicas que detallaban la más importante conquista de la ciencia y la tecnología, después del lanzamiento del hombre al espacio realizado por la Unión Soviética.6
Con la televisión, millones de personas ubicadas en diferentes latitudes y horarios atestiguaron la conquista de la Luna
La travesía lunar de 1969 inició en la base de Cabo Cañaveral, Florida, EU, el miércoles 16 de julio, fecha en la que los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins despegaron con el objetivo de hacer descender el dispositivo Eagle, caminar sobre la Luna y enviar imágenes nunca vistas o escuchadas en la Tierra.7 Por casi diez años, la televisión fue testigo y protagonista de la carrera espacial y tecnológica librada entre la URSS y los Estados Unidos, por ello, lograr que millones de personas ubicadas en diferentes latitudes y horarios, vieran “la fracción de segundo, el relámpago que dividió dos épocas como en medio de un abismo”8, significó uno de los grandes éxitos del medio de comunicación que fiel a sus orígenes volvía a sorprender a la humanidad entera.
Tras ocho días de viaje, la misión lunar Apolo 11 concluyó el 24 de julio de 1969
Tras ocho días de viaje, la misión a la Luna concluyó el jueves 24 de julio de 1969, con el acuatizaje de los astronautas estadounidenses en aguas del Océano Pacífico. Ese día, las estaciones Telesistema Mexicano, Televisión Independiente de México y las emisoras de radio XEW, XEX, grupo ACIR y Radio Mil, volvieron a hacer una transmisión calificada de histórica para la industria de la radiodifusión y la televisión nacionales.
Por su parte, para la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, aquel último año de los sesenta, representó el comienzo de una etapa, donde su objetivo central fue avanzar en la expansión de la infraestructura en telecomunicaciones en México y participar como un actor más en la televisión y en la radio, a través de la operación de canales y estaciones públicas.