Valentina Tereshkova, la primera mujer astronauta
Aquí Gaviota, aquí Gaviota.
Veo en el horizonte una raya azul: es la Tierra.
¡Qué hermosa!
Valentina Vladimírovna Tereshkova llegó a este mundo el 6 de marzo de 1937. Avecindados en el pequeño pueblo de Maslennikovo, Yaroslav, centro de Rusia, Valentina formó parte de una familia de “clase proletaria”, pues su padre fue conductor de tractores y, su madre, campesina y obrera en una fábrica de hilados. La infancia de Valentina estuvo llena de dificultades debido a que su padre perdió la vida en la guerra que desde el invierno de 1939 libraron Rusia y Finlandia. Contando con solo 3 años de edad, la pequeña Valentina se quedó bajo el amparo de su madre y de una hermana mayor.
Su sueño más grande desde niña fue “sentirse libre y volar por los aires”
Las penurias económicas y el avance de la Segunda Guerra Mundial evitaron que Valentina asistiera a la escuela, la cual pudo cursar hasta el año 1945. Las adversidades bélicas no impidieron que Tereshkova acariciara desde entonces, el sueño más grande de toda su vida: “sentirse libre y volar por los aires”. Empleada en 1959, en una fábrica de neumáticos decidió “dar vuelo a su vieja idea y experimentar la libertad”, por lo que, se inscribió en un aeroclub de paracaidismo de la Fuerza Aérea Soviética.
Dueña de una condición física que le facilitaba la realización de las actividades más extremas, la joven comprendió que su “fascinación por saltar desde un avión” transformaría su vida, aunque nunca sospechó que le abriría un camino rumbo al espacio. En medio de un contexto donde la rivalidad entre potencias (EUA y la URSS) impulsó la carrera espacial a lo largo de la década de los sesenta del siglo XX, Valentina Tereshkova se encontró definitivamente con su destino cuando el teniente general del gobierno ruso, Nikolái Petróvich Kamanin comenzó la búsqueda de jóvenes que pudieran ser entrenadas y seleccionadas para que la Unión Soviética pusiera en órbita a la primera mujer en el espacio.
SE BUSCA A LA PRIMERA VIAJERA ESPACIAL
La búsqueda de la primera viajera espacial se hizo dentro del ejército soviético
Por la naturaleza del proyecto, las autoridades rusas decidieron que la búsqueda de la primera viajera sideral se hiciera entre elementos del ejército soviético. Pero, al carecer de mujeres piloto en sus Fuerzas Aéreas acudió a la Sociedad de Voluntarios para la Colaboración con el Ejército, la Aviación y la Flota (DOSAAF) vinculada a los clubes de aviación y de paracaidismo.
Conocida entonces entre sus colegas paracaidistas con el sobrenombre de Chaika (gaviota) por “su capacidad de lanzarse y surcar los cielos como si tuviera alas”, Tereshkova atendió la convocatoria del ejército que estableció como requisito particular “no tener experiencia como piloto, pues las naves rusas Vostok eran automáticas”. En contraste, algo indispensable era que las candidatas fueran “buenas paracaidistas” debido a que la nave no disponía de dispositivos para el aterrizaje cuando regresara a la Tierra.
Recibió entrenamiento físico y formación en ciencias y matemáticas
Seleccionada de entre 400 participantes luego de rigurosas pruebas, Valentina Tereshkova formó parte del grupo de 5 mujeres que, desde el 3 de abril de 1962, fueron dadas de alta en la Fuerza Aérea Soviética con el rango de soldados para recibir entrenamiento físico y formación en disciplinas como matemáticas, meteorología, astronomía, física, computación y navegación espacial. Tras extenuantes meses de preparación y de asistencia a cátedras con especialistas de las mejores universidades rusas, el alto mando soviético comunicó de manera oficial (21 de mayo de 1963), que la elegida para ser la primera mujer en viajar al espacio era Valentina Tereshkova, con 25 años de edad.
Tras su conquista espacial, su deseo más profundo es conocer Marte
Llamada a realizar el sueño de su infancia e inscribir su nombre en la historia, Valentina Tereshkova “abrió sus alas de gaviota para volar y abrazar desde el espacio al planeta”, el domingo 16 de junio de 1963, cuando a bordo de su pequeña cápsula Vostok 6, se convirtió en la primera viajera en solitario del espacio. El júbilo despertado por su prodigiosa odisea impactó a la sociedad de su época1, al tiempo que estableció nuevos y más importantes desafíos en materia de investigación, tecnología y exploración del Universo.
Al conmemorarse 60 años de su conquista y con casi 87 años de edad, la audaz Chaika expresó el 16 de junio del año 2023, su profundo deseo de volver a ir más allá de los confines de la Tierra y conocer Marte. “No importa -enfatizó- que este viaje al increíble planeta rojo, sea solo de ida.”