Mujeres en la exploración espacial, 60 años de historia
Desde la década de los sesenta del siglo XX, la exploración del Universo se convirtió en un desafío científico, tecnológico, económico y político debido a que el mundo vivía inserto en una Guerra Fría alentada por dos potencias que se disputaban la hegemonía internacional. Convencidos de que la exploración del espacio era un terreno de batalla, los Estados Unidos de América y la extinta Unión Soviética se enfrascaron en una competencia por la conquista espacial.
En los proyectos pioneros de exploración espacial, las mujeres no fueron parte de la tripulación de astronautas
Aunque en los programas diseñados, financiados e implementados por ambas naciones hubo presencia de mujeres, no fueron consideradas seriamente para formar parte de los estudios, pruebas, investigaciones e, incluso, como integrantes de la tripulación de “viajeros espaciales”. Debido a que las mujeres “llegaron tarde” a las universidades para formarse como físicas, matemáticas, astrónomas e ingenieras, durante años se abrió una brecha que las mantuvo al margen de los proyectos donde los hombres eran vistos como “elementos naturales”.
Pese a este lugar periférico, en los primeros años de la década de los sesenta del siglo XX, el Comité Especial de Ciencias de la Vida de la NASA (EUA) vio a las mujeres como una “opción más práctica para ir al espacio exterior, pues consideraron enviarlas debido a su mayor aptitud para los vuelos en comparación con los hombres.
En 1969, las mujeres quedaron excluidas de la misión que llevó al hombre a la Luna
De hecho, su argumento principal consistía en que la misión sería más eficaz gracias a su menor peso corporal, así como su menor necesidad de oxígeno y calorías, lo cual permitiría ahorrar peso y recursos. Por si fuera poco, médicamente, eran menos propensas a sufrir infartos.”1 Aunque estas “ventajas cualitativas” fueron escuchadas, la NASA y las Fuerzas Aéreas estadounidenses finalmente decidieron excluirlas de la preparación de su máxima hazaña, la cual se concretaría con la llegada del hombre a la Luna el 20 de julio de 1969.
Con todo y los obstáculos, las mujeres estaban llamadas a ser parte de la historia de la exploración sideral, pues la rusa Valentina Tereshkova se convirtió en la primera mujer astronauta, al cumplir 70 horas de vuelo y dar 48 vueltas a la Tierra como parte del programa soviético Vostok, el cual, apenas dos años antes, había lanzado al espacio exterior a Yuri Gagarin.
Durante dos años, el gobierno ruso preparó a Valentina Tereshkova para ser cosmonauta
Con 24 años de edad, apasionada del paracaidismo, los trenes y los aviones, Tereshkova fue preparada expresamente por dos años para ser cosmonauta a instancias del gobierno ruso, que reunió a más de 400 mujeres voluntarias para hacer realidad una misión que no quedó fuera de la carrera soviético-estadounidense por la conquista del espacio.
Elegida por las autoridades de su país gracias a sus habilidades en el manejo del paracaídas (absolutamente, necesarias para hacer descender la cápsula en la que viajaba al reingresar al planeta), la audaz Valentina Tereshkova inscribió su nombre en la historia, el 16 de junio de 1963, cuando a bordo de la nave Vostok 6 se convirtió en la primera viajera en solitario del espacio. El júbilo despertado por su prodigiosa hazaña impactó a la sociedad de su época, al tiempo que estableció nuevos y más importantes desafíos en materia de investigación, tecnología y exploración. “Abrir el espacio para las mujeres” fue otra de las grandes conquistas de Valentina Tereshkova.
“LAS MUJERES SE ABREN CAMINO RUMBO AL ESPACIO”
Tras casi 20 años, la también rusa Svetlana Savítskaya viajó al espacio como piloto
Aunque transcurrieron casi 20 años para que otra mujer se aventurara a los confines de la Tierra (19 de agosto de 1982), el viaje de la también rusa Svetlana Savítskaya evidenció que las mujeres interesadas en el espacio, se esforzaron por adquirir los conocimientos y habilidades para acceder a los diferentes programas de investigación científico-espacial en el último tramo del siglo XX. Fue así que, Savítskaya viajó al espacio como la piloto a cargo de la misión Soyuz T-7, además de dar un paseo fuera de la estación espacial por cerca de 3 horas y media.
En los años 80, las estadounidenses Sally Ride y Eileen Collins sumaron su nombre al de las mujeres que lograron ir al espacio
Hacia 1983, la estadounidense Sally Ride graduada en Física por la Universidad de Standford se sumó a las mujeres que lograron ir al espacio tras culminar un proceso de preparación de 5 años en la NASA, papel que también cumplió su compatriota Eileen Collins, quien con conocimientos en matemáticas y economía, postuló para ingresar a la Escuela de Pilotos de Pruebas de la Fuerza Aérea con el propósito de ser admitida como astronauta. Conocida como “la mujer cohete”, Collins no sólo consiguió 872 horas en el espacio en toda su trayectoria profesional, sino que comandó misiones y fue la primera mujer en pilotar un transbordador en la década final del siglo pasado.
En el siglo XXI, las mujeres astronautas se han formado en disciplinas altamente especializadas
En medio de un horizonte cada vez más abierto, no resultó extraño que al llegar el siglo XXI, las mujeres con deseos de ir más allá de los límites de la Tierra se formaran en disciplinas como astrofísica, química, bioquímica, neurología, biología molecular, etiología, sistemas, programación, tecnología, neuro-robótica, así como en todas las ramas de la ingeniería. No obstante, tras 60 años de hacer historia en el estudio y exploración del Universo, las viajeras del espacio apenas representan el 10% de todos los astronautas que han salido de los confines de nuestro planeta.2
La Misión Artemis se propone que el ser humano regrese a la Luna con la primera mujer a bordo
Debido a que en el siglo XXI, las astronautas apenas representan el 28% de la fuerza de trabajo en este sector3, las mujeres han seguido trabajando para participar en el proyecto más ambicioso de la era contemporánea: la Misión Artemis, cuyo objetivo es regresar al ser humano a la Luna en el año 2025 con una misión tripulada que incluirá a la primera mujer. La estadounidense Christina Hammock Koch4, -quien junto a Jessica Meir logró en 2019, la primera caminata espacial hecha por mujeres- se convertirá también en la primera astronauta sobre la superficie lunar.
Llamadas a marcar un nuevo hito en la historia de la exploración y el conocimiento del espacio, las mujeres que durante los últimos 60 años han estudiado y pensado el Universo demuestran que, en el pasado, el presente y el futuro ellas no conocen límites dentro, ni fuera de la Tierra, pues la Luna, Marte, e incluso, el resto del Universo las esperan.