Telégrafos Nacionales actualiza sus servicios (1988)
En 1988 Telégrafos Nacionales se propuso llevar a cabo un programa de modernización tanto a nivel operativo como administrativo, con el cual además de seguir cumpliendo con el clásico envío de mensajes telegrafiados ofreció a los mexicanos un servicio excelente de transmisión de documentos que alcanzaron gran fidelidad y una inmejorable calidad en su impresión a través de aparatos como el télex, teletéx y el facsímil. Sesenta y un millones de usuarios de esta tecnología estaban registrados en 1987.1
Telégrafos Nacionales apostó por la modernización de sus servicios en 1988
En este programa, también se automatizó buen porcentaje de las administradoras telegráficas, y se completaron cuatro centrales en importantes ciudades capitales del país. Sumado a esto, se incorporaron otros servicios como el correo electrónico, videotex y telexgrama.
Por otra parte, en 1988 y con el objeto de mejorar totalmente el servicio postal y telegráfico, la SCT decidió descentralizar estas dos empresas pilares de la comunicación en México.
APARATOS DE VANGUARDIA: TÉLEX, TELETÉX Y FACSÍMIL
El télex, teletéx, el facsímil y el videotext fueron algunos de los aparatos más utilizados en la modernización de los servicios telegráficos
El télex estaba considerado como un “sistema telegráfico de comunicación, que se servía de un transmisor semejante a una máquina de escribir y de un receptor que imprimía el mensaje recibido.”2 Su operación solo era posible entre los miembros suscriptores de la red nacional que en 1987 tenía 23 mil líneas disponibles de las cuales solo 14,490 estaban en servicio lo cual ofrecía amplio margen de crecimiento.
El teletéx, por su parte, enviaba documentos de gran calidad de impresión a cualquier distancia y a muy alta velocidad. En ellos podían leerse las letras mayúsculas, minúsculas, signos de puntuación, etc., y detectarse los errores que podrían corregirse como se hacía en una máquina de escribir eléctrica. Una ventaja de este servicio era el ahorro del tiempo al enviarse el mensaje directamente al interesado a un bajo costo.
El facsímil (fax) o servicio de tele-impresión transmitía a distancia imágenes de documentos originales valiosos como las actas notariales, gráficas, dibujos, planos, manuscritos, etc., fielmente reproducidas. Ciudades como México, Guadalajara, Monterrey, Hermosillo, Torreón, Veracruz, Tijuana y Tlalnepantla fueron las primeras que ofrecieron este servicio en una primera etapa.
LA AUTOMATIZACIÓN EN LAS ADMINISTRADORAS TELEGRÁFICAS Y OTROS SERVICIOS
En 1988 Telégrafos Nacionales automatizó el 60% de las 1,528 administradoras telegráficas que había en México. Con dicha automatización del servicio telegráfico el operador podía transmitir un mensaje en un minuto de una administración a otra, por medio de una microcomputadora. La ausencia de ruido en las nuevas áreas y los equipos modernos permitieron al operador prestar mayor atención en su trabajo y corregir en caso de equivocar la transmisión.
Cuatro nuevas centrales telegráficas formaron la red de conmutadores automáticos de mensajes
Para llevar a cabo esta automatización se construyeron cuatro nuevas centrales en las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey y Hermosillo que, además de formar la red de conmutadores automáticos de mensajes, duplicaron su capacidad de canales telegráficos llegando a 1,182 el mismo número de administraciones lo cual permitiría atender a más de seis mil oficinas cuando el total entonces era de 1,528 habilitadas.3
También en 1988 se abrió paso una nueva central de teletéx que permitió ofrecer el servicio de correo electrónico a través de buzones concebidos como bancos de información electrónicos. Con ello se podía mantener o borrar el mensaje a gusto del usuario.
Los aparatos de televisor caseros se convirtieron en terminales de computadoras por el servicio de videotex; recibían y transmitían información: noticias, carteleras de espectáculos, así como información financiera, mediante una decodificación especial.
SERVICIOS POSTAL Y TELEGRÁFICO DESCENTRALIZADOS
En busca de mayor eficiencia se descentralizaron los servicios postal y telegráfico en 1988
A fines de 1987 gracias a la radiocomunicación vía satelital, México entró a la era de la modernización en transportes, mensajes e imágenes. En 1988 se anunció la descentralización del servicio postal y telegráfico.
La SCT aseguraba que a partir de 1988 la modernización de ambos servicios sería constante y que para el año 2000 nuestro país tendría una red moderna y de vanguardia con el 80% de sus instalaciones incorporadas al sistema digital.
Al descentralizarse, el servicio de correos se convirtió en un órgano autosuficiente que benefició al público en varios aspectos, por ejemplo, en la entrega expedita de cartas locales en un máximo de tres días y cartas foráneas en cuatro días. Su autofinanciamiento estaba contemplado cumplirse al cien por ciento, pues recibiría un 80% de subsidio y el 20% restante provendría de la venta de los timbres postales.
La descentralización de los telégrafos obedeció también a buscar, además de su autosuficiencia, su incorporación a la era digital.