La radio: un pequeño cajón que irrumpe en la vida cotidiana
¿En dónde estará el nido
de esta canción mecánica?
Las antenas insomnes del recuerdo
recogen los mensajes
inalámbricos
de algún adiós deshilachado.*
Manuel Maples Arce
Este maravilloso invento del siglo XX es producto del trabajo en conjunto –sin proponérselo- de un grupo de científicos de la segunda mitad del siglo XIX1. Por un lado se encuentran los teóricos como el escocés James Clark Maxwell, y aquellos que obtuvieron resultados en la práctica como el alemán Heinrich Rudolph Hertz y el ruso Alexander Popov. La historia reconoce como “padres” de la radiocomunicación al italiano Guillermo Marconi (1896) y al austriaco Nikola Tesla (1897). En 1907 el estadounidense Lee De Forest perfeccionó el sistema de Marconi logrando transmitir música y voz humana sin cables y a distancia, ejemplo de ello fue el concierto de Enrico Caruso desde el Metropolitan Opera de Nueva York en el mes de enero de 1910.
Al principio, la radiodifusión fue empleada para realizar transmisiones marítimas, muchos buques navegaban con el transmisor inalámbrico (radio) creado por Marconi que, inicialmente, enviaba mensajes codificados en clave Morse. Asimismo, tuvo participación en cuestiones militares. Poco después, la radio extendió sus horizontes y comenzó a ofrecer información y música para las grandes masas; las naciones del mundo comenzarían entonces a dejar de mostrarse aisladas.
Los años veinte del siglo pasado fueron testigos de la efervescencia del uso de la radio. En Estados Unidos, se registró entre 1922 y 1927 un aumento de 578 a 1,925 emisoras de radio; y de 1921 a 1929 la venta de aparatos receptores se incrementó de 50 mil a diez millones.
Al principio, la radiodifusión fue empleada para realizar transmisiones marítimas, muchos buques navegaban con el transmisor inalámbrico (radio) creado por Marconi que, inicialmente, enviaba mensajes codificados en clave Morse
Los años veinte del siglo pasado fueron testigos de la efervescencia del uso de la radio. En Estados Unidos, se registró entre 1922 y 1927 un aumento de 578 a 1,925 emisoras de radio; y de 1921 a 1929 la venta de aparatos receptores se incrementó de 50 mil a diez millones
México no estuvo exento de este boom tecnológico. Basta afirmar que en diciembre de 1929 nuestro país reflejaba su afición por la radio al estimarse 100 mil aparatos en toda la República. Si consideramos cinco radioescuchas por aparato, llegamos a la cifra de medio millón de personas que gustaban entonces de la radio y sus programas informativos y de entretenimiento2. Las empresas Brunswick, Columbia y RCA Víctor dominaban este nuevo mercado en México, logrando vender aproximadamente 3,500 aparatos de radio al mes; el costo de los radios importados iba de 220 a mil 800 pesos. Cabe destacar que la RCA Víctor (Radio-Victor Corporation of America) con sus modernos radios o radiolas revolucionaron el mercado, como lo habían hecho antes con la producción de sus fonógrafos. Otra empresa como la General Motors anunciaba la inclusión de un aparato de radio en sus nuevos modelos de automóviles.
El éxito de este medio de comunicación generó buen número de solicitudes de concesiones de diversas empresas tanto nacionales como extranjeras, para esto, el gobierno tuvo la necesidad de crear el Departamento de Radio en la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.
A fines de los años veinte, la ciudad de México contaba con varias estaciones de radio cuyos programas entretenían gratamente a sus radioescuchas. Una de ellas era la XEN, fundada por la compañía General Electric S. A. en 1926 y llamada inicialmente CYJ; su estudio se ubicaba en el edificio CIDOSA (Compañía Industrial de Orizaba S. A.), y la antena –sostenida por un par de torres de acero de 55 metros de altura– junto con el transmisor se encontraban en la avenida San Antonio en la colonia del Valle. Se le considera como la primera estación radiodifusora comercial, al transmitir tres horas diarias de programas comerciales patrocinados por distintas compañías mexicanas para promover sus productos.
También, se le reconoce como la primera en realizar transmisiones “a control remoto” (fuera de los estudios). Complementaba su programación con grandes conciertos de música, noticias de acontecimientos deportivos (box) y la transmisión de la conquista del Antártico por el piloto y comandante estadounidense Byrd. Cabe señalar que su director artístico era el gran compositor Alfonso Esparza Oteo, autor, entre otras canciones, de Un viejo amor y Juan Colorado3.
En las primeras décadas del siglo XX la ciencia moderna hizo posible otra nueva forma de comunicación masiva: la radio
Algunos de los programas más exitosos de la XEN los patrocinó la Cervecería Cuauhtémoc. Constaban de seis horas a la semana, divididos en tres días: los lunes, “La Hora Carta Blanca de las Reminiscencias” espacio de gran exquisitez, creado para escuchar música de 30 o 40 años atrás y provisto de una atmósfera especial mediante la lectura de textos -entre pieza y pieza- que hacían recordar al México viejo de los paseos como el de las Cadenas, o de las calles y rincones de antaño ya desaparecidos entonces, o de los viajes en diligencia; los miércoles, “Dos Horas Carta Blanca del Público” en la cual se recibían por teléfono las peticiones de los radioescuchas de la ciudad capital, así como cartas o tarjetas postales tanto del resto de la República como del sur de los Estados Unidos (San Antonio, Texas; Tulsa, Oklahoma); y cerraban los viernes con “La Hora Carta Blanca de la Pieza Incógnita.”4
La renombrada fábrica de cigarros El Buen Tono, fue propietaria de la estación XEB que en 1929 se había renovado en todos aspectos: materiales, mecánicos, administrativos y artísticos igualándose a la XEN en cuanto a su alcance. Por su parte, la estación radiodifusora XEX ofrecía a sus radioescuchas la “Hora Favorita” patrocinada por la Compañía Cigarrera Mexicana S. A., todos los miércoles de 9 a 10 de la noche. Su programación incluía música de baile argentina, mexicana, estadounidense; música clásica, solos de saxofón y violín…
En las primeras décadas del siglo XX la ciencia moderna hizo posible otra nueva forma de comunicación masiva: la radio. Su objetivo inicial –conservado en parte en los momentos actuales- se ve claramente reflejado en el texto de un anuncio comercial de ventas de aparatos de radio: “Cualquiera de estos bellos modelos le deleitará captando los conciertos que poderosas estaciones nacionales y extranjeras transmiten a todas horas. Puede usted escuchar las últimas canciones antes de vulgarizarse, la música clásica cantada por los artistas de mayor fama, la música de baile y cuanto se transmita por el aire será suyo sin esfuerzo y sin costo alguno. Sus reuniones adquirirán un sello especial, llenas de amenidad y sus horas de descanso se convertirán en perfecto placer.”
REFERENCIAS
* Primera poesía concebida y retransmitida por radio el 8 de mayo de 1923 en América Latina, con motivo de la inauguración de la emisora "El Universal - La Casa de Radio" de México.
1 “Capítulo I Historia y evolución de la radio”- Colecciones Digitales UDLAP en http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lco/pacheco_p_fl/capitulo1.pdf. Consultado el 25 de junio de 2019.
2 “Existen, según cálculos, cien mil radios distribuidos en la República”, El Universal (diciembre 12, 1929), Cuarta Sección.
3 “Breve historia de la Estación Radio-Comercial X.E.N., El Universal (diciembre 12, 1929), p. 5.
4 “Las estaciones difusoras de la ciudad de México están transmitiendo buenos programas”, El Universal (diciembre 12, 1929), Cuarta Sección.