El día en que todo se volvió virtual
Desde hace al menos cincuenta años, las comunicaciones han estado en transformación permanente, motivando diversidad y crecimiento en las llamadas sociedades de la información y del conocimiento. Aunque el punto de partida de esta evolución suele fijarse en la década de los setenta, en materia de telecomunicaciones, el pasado, el presente y el futuro han descubierto una forma de integrarse, pero, sobre todo, de convertirse en herramientas fundamentales del mundo contemporáneo para el desarrollo social, educativo, cultural y, desde luego, económico. Si a ello, sumamos que el “tejido de conexiones” alrededor del planeta ha crecido expansivamente, comprendemos que la relación con las tecnologías de la comunicación se ha vuelto más dinámica, estrecha y, claramente, indispensable.
la vida antes de la “era de las telecomunicaciones” resulta inimaginable para varias generaciones, pero en particular, para quienes nacieron en un mundo digital e interconectado
Así lo demuestran estos “tiempos de pandemia” en los que gracias a ellas, se ha dado continuidad a las actividades que sustentan la realidad cotidiana, como son el trabajo, la educación, la salud y la cultura. Por ello, la vida antes de la “era de las telecomunicaciones” resulta inimaginable para varias generaciones, pero en particular, para quienes nacieron en un mundo digital e interconectado. Pese a este gran progreso, en el inicio de la segunda década del siglo XXI, aún existen numerosos sectores de la población sin acceso a los servicios ni a los beneficios brindados por la red y la virtualidad.
Meses que son años: la SCT y la importancia logística de las telecomunicaciones
Por lo que toca a México, el uso de diversas aplicaciones y plataformas, así como la necesidad de dar soporte a una mayor demanda de conectividad y atender un número elevado de usuarios fue posible por la infraestructura, operación y servicios ofrecidos por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes
El desfase entre “los conectados y los no conectados” comúnmente se denomina “brecha digital”, la cual también comprende las diferencias entre quienes tienen conocimientos y habilidades digitales y aquellos que no las conocen y tampoco las dominan. Tal “desnivel” quedó descubierto en toda su magnitud debido a la contingencia sanitaria ocasionada por el virus SARS-CoV2 (COVID 19), donde las tecnologías de la información y la radiodifusión (radio y televisión), evidenciaron su importancia para enfrentar los desafíos que la pandemia impuso a nivel global. Todos los países del mundo tuvieron que mitigar o solucionar en meses, las debilidades estructurales incubadas por años, mismas que dificultaron o, en el peor de los casos, imposibilitaron la puesta en marcha de alternativas tecnológicas que dieran viabilidad a la educación y al trabajo a distancia.
Por lo que toca a México, el uso de diversas aplicaciones y plataformas, así como la necesidad de dar soporte a una mayor demanda de conectividad y atender un número elevado de usuarios fue posible por la infraestructura, operación y servicios ofrecidos por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, permitiendo, entre otras acciones, que la educación en línea y por redes radiodifundidas (medios públicos y privados de comunicación, radio por internet, multiplataforma, telesecundaria y emisiones de capacitación magisterial), fuera una modalidad efectiva para miles de estudiantes y docentes, quienes pudieron continuar sus cursos hasta culminar el periodo escolar. Por su parte, la posibilidad de “teletrabajar” evitó la interrupción generalizada e indefinida de las actividades gubernamentales, así como las del aparato empresarial y productivo, sin mencionar que la importancia logística de las telecomunicaciones quedó del todo demostrada, con el apoyo que la SCT dio al sistema de salud mediante la atención médica a distancia, el traslado eficaz de los enfermos (geolocalización), la transmisión y la actualización diaria de información compartida por 600 hospitales de toda la República mexicana.
Manuel Castells, estudioso de la sociedad del conocimiento y de la cultura digital ha afirmado que debido a la revolución tecnológica en la informática y las telecomunicaciones, la humanidad ha conformado una estructura llamada “sociedad-red”, la cual, en más de un sentido, funciona como un sistema nervioso que vincula e irriga a las sociedades contemporáneas, pues a través de ellas, nos cohesionamos, evitamos el aislamiento y nos abrimos al intercambio de ideas generando bienestar social y económico. Pero, a pesar de este entorno de “eslabonamiento y colaboración” aún hay personas excluidas de estos beneficios, como en el caso de México, donde 11.6 millones de personas no gozan de ninguno de estos servicios.
De ahí que lograr el acceso igualitario a estas herramientas se haya convertido en uno de los objetivos esenciales de la SCT, que ve en su horizonte la conexión de 30 millones de mexicanos para cerrar la brecha existente. Para lograrlo, la Secretaría y su personal siguen trabajando diariamente en el mantenimiento de la infraestructura de redes, la instalación de nuevas antenas y sistemas, e impulsando proyectos de investigación e innovación que permitan que “nadie se quede atrás” o al margen de este bien social.