Embelleciendo al País
Entre las atribuciones de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, creada en 1891 y antecesora de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, se tenía la de atender los Monumentos públicos y Obras de utilidad y ornato. El Porfiriato fue sin duda la mejor etapa para el desarrollo de este tema en particular. La Memoria1 presentada por el general Francisco Z. Mena, Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas (1895- 1907), ante el Congreso de la Unión aporta información y datos muy interesantes sobre las primeras obras de ornato llevadas a cabo por dicha dependencia.
PASEO DE LA REFORMA
Por iniciativa del notable escritor y periodista Francisco Sosa, el paseo de la Reforma fue ornamentado con figuras en bronce de personajes de toda la República
El 28 de octubre de 1889 la Secretaría de Fomento, de la cual se desprendió la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, celebró un contrato para la fabricación de 30 jarrones –a un costo de 500 pesos cada uno más siete toneladas de bronce de cañón- y 30 bases de bronce para colocarlos alternadamente con varias esculturas en el paseo de la Reforma. Poco después, el 27 de octubre de 1891, contrató esta última Secretaría la fabricación de ocho jarrones que costaron 450 pesos cada uno para colocarlos en la glorieta de Colón.
Por iniciativa del notable escritor y periodista Francisco Sosa, el paseo de la Reforma fue ornamentado con figuras en bronce de personajes de toda la República, cada estado aportaría un par de sus próceres más destacados. Las esculturas de los generales sonorenses Ignacio Pesqueira y Jesús García Morales –a cargo del escultor Enrique Alciati- fueron inauguradas el 5 de febrero de 1892; el estado de Nuevo León envió las efigies de Fernando Teresa de Mier y del general Juan Zuazua –ejecutadas por el gran escultor Jesús F. Contreras- colocadas el 15 de septiembre de 1894; mientras, el gobierno de Oaxaca hacía lo mismo con las figuras de Carlos María Bustamante y Antonio León –realizadas por Ernesto Scheleske- el 14 de febrero de 1895.
Un par de tlatoanis aztecas: Ahuízotl e Izcóatl, realizados por el escultor Alejandro Casarín, se ubicaron a la entrada del paseo, fraguados en bronce sobre pedestales de mármol gris de Escamela, cerro ubicado en Orizaba, Veracruz; esta obra terminó el 16 de septiembre de 1891 y tuvo un costo de 15 mil pesos. La prensa fue muy dura con la calidad artística de estas esculturas: “…ridículos y antiestéticos muñecotes”, según el diario “El Monitor Republicano”.
DOLORES HIDALGO, GUANAJUATO
En esta histórica población se llevaron a cabo importantes reparaciones de la casa que habitó el generalísimo Miguel Hidalgo y Costilla, propiedad de la nación. Varios patios y piezas se encontraban en muy mal estado de conservación por lo que se gastaron 997 pesos 49 centavos en su reparación. Asimismo, fueron adquiridas para el servicio ocho farolas, cortinas tricolores para adornarla, y un pabellón nuevo que sustituiría al ya deteriorado; todo ello a un costo de 400 pesos.
Por otra parte, y mediante subscripción nacional en la cual se le asignó a cada estado de la República cierta cantidad de dinero, se levantó un monumento a Miguel Hidalgo inaugurado el 16 de septiembre de 1891.
URUAPAN, MICHOACÁN
La primera piedra del monumento a los mártires de Uruapan, se colocó el 21 de octubre de 1891 y se inauguró hasta el 3 de agosto de 1893
Para honrar la memoria de los generales José María Arteaga y Carlos Salazar, los coroneles Jesús Díaz y Trinidad Villagómez, y el teniente coronel Juan González, fusilados en Uruapan por las tropas conservadoras, el ejecutivo federal autorizó por medio de una ley decretada el 26 de mayo de 1874 la suma de ocho mil pesos para erigir un monumento en su honor. Casi dos décadas después esta obra seguía sin concretarse, por lo cual el 25 de agosto de 1891 se le encargó a un ingeniero de apellido Reyes el proyecto del monumento con un presupuesto de 10 mil 378 pesos de los cuales ocho mil serían abonados por el gobierno federal, y los dos mil 378 pesos restantes por el gobierno del estado de Michoacán.
La primera piedra del monumento se colocó el 21 de octubre de 1891 y se inauguró hasta el 3 de agosto de 1893. Este retraso fue provocado por el fallecimiento sorpresivo del ingeniero proyectista, quien fue sustituido por el Ing. Luis Salazar.
Todas estas obras de ornato público son apenas una mínima muestra de la labor inicial realizada por la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, a fines del siglo XIX.