El último palacio porfiriano
Creada el 13 de mayo de 1891, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas tomó la batuta en todo lo relativo al desarrollo de la infraestructura del país: correos, vías marítimas, telégrafos, ferrocarriles, puertos, faros, carreteras, monumentos, obras públicas…Para ello necesitaba de un espacio o sede que estuviera a la altura de su papel protagónico en la entonces modernización del país, y en la transformación que generarían las innovaciones tecnológicas a nivel mundial.
El gobierno del general Porfirio Díaz ordenó su construcción en un lugar que se convertiría en uno de los más bellos y concurridos de la capital, dada su cercanía con los edificios de Correos, el palacio de Minería y el Teatro Nacional (palacio de Bellas Artes). Se encargó la obra (1904-1911) al arquitecto italiano Silvio Contri, quien proyectó una alargada plaza de acceso al frente para que el edificio quedara remetido de la calle de Tacuba, logrando así una gran perspectiva del mismo y competir en majestuosidad con su vecino el palacio de Minería.
Los vientos revolucionarios iniciados en noviembre de 1910 impidieron que este palacio fuera inaugurado con toda la solemnidad que merecía
El edificio diseñado en estilo renacentista italiano muestra sus cuatro fachadas revestidas por 1,500 m3 de piedra basáltica gris extraída de las canteras de Xaltocan, Tlaxcala. Se lucen en la frontal: columnas jónicas, arcos de medio punto, preciosa herrería en puertas y ventanas; mascarones de leones, cartelas afrancesadas, etc. El nombre de la secretaría se aprecia aún en el cuerpo central debajo de la cornisa.
La escalera principal, digna de un palacio como éste, deja a todos con la boca abierta la primera, segunda, tercera y cuantas veces se visite el edificio. Se desarrolla en dos rampas semicirculares que convergen en una tercera de forma recta que alcanza el siguiente nivel.
Su armazón de acero, los peraltes de hierro fundido, el hermoso barandal de bronce oxidado, el pasamano de bronce pulimentado y los preciosos faroles de la escalera tuvieron un costo de 45 mil pesos.1
Las prestigiadas casas comerciales Mosler y El Palacio de Hierro participaron con el suministro del mobiliario, mientras que la empresa Art Metal Construction Company se encargó de entregar e instalar los archiveros metálicos en toda la dependencia
El artista Carlo Coppedé –representante de la Fonderie del Pignone de Florencia, Italia– y sus hijos (Mariano, Carlo, Gino y Adolfo) fueron los encargados de toda la decoración del inmueble, incluyendo la herrería, estucados, pinturas y muebles. Este grandioso trabajo importó la cantidad de 419 mil 952 pesos.2
Las prestigiadas casas comerciales Mosler y El Palacio de Hierro participaron con el suministro del mobiliario, mientras que la empresa Art Metal Construction Company se encargó de entregar e instalar los archiveros metálicos en toda la dependencia.3
Los vientos revolucionarios iniciados en noviembre de 1910 impidieron que este palacio fuera inaugurado con toda la solemnidad que merecía. Se sabe que fue puesto en funciones en mayo de 1911 y para mediados de 1912 se realizaban los últimos trabajos. En mayo 25 de ese último año el presidente Francisco I. Madero realizó un recorrido por tres secretarías: Instrucción Pública, Justicia y la de Comunicaciones y Obras Públicas a cargo de Manuel Bonilla, visitando cada uno de sus departamentos.
Después de pasar al antiguo edificio de la Secretaría de Comunicaciones, ubicado en la plaza de Santo Domingo, y recorrer los diversos salones de la ex Aduana, Madero se dirigió con su comitiva al nuevo palacio sintiéndose satisfecho de su belleza arquitectónica.4 Cabe destacar que el Cuerpo de Voluntarios, formado por los trabajadores de dicha secretaría, realizó una valla de honor al presidente.
En 1954 la Secretaría dejó su palacio para trasladarse al recién construido Centro SCOP en la colonia Narvarte. Más tarde, el recinto porfiriano alojó al Archivo General de la Nación de 1973 a 1982 y a partir de éste último año, se convirtió en uno de los recintos culturales más importantes del país: el Museo Nacional de Arte.