El sello viajero y su travesía
El uso del timbre o estampilla postal, pequeño trozo de papel engomado que muestra ilustraciones diversas, data de 1838 cuando su inventor Sir Rowland Hill lo propuso como comprobante de pago por el envío de la correspondencia. El primer timbre impreso a nivel mundial fue el famoso Penny Black o penique negro emitido en Inglaterra en 1840, con valor de un penique e ilustrado con la figura de la reina Victoria.
Bajo la presidencia de Ignacio Comonfort, se imprimió el primer timbre en México en 1856. La imagen escogida fue la del padre Miguel Hidalgo y Costilla, diseñada por el grabador José Villegas, jefe del Departamento de Grabado del Taller Litográfico del Gobierno. A esta primera serie se le asignaron cinco valores diferenciados por sus colores: medio real en azul; un real en amarillo; dos reales en verde; cuatro reales en rojo y ocho reales en lila. Cabe mencionar que la palabra México se muestra escrita con la letra j en vez de la x. Posteriormente entre 1864 y 1866 se emitieron la series: las Águilas Imperiales y Maximiliano de Habsburgo, con valores de uno y cuatro reales; y cincuenta centavos respectivamente.1
De acuerdo con SEPOMEX, Servicio Postal Mexicano, las estampillas nacionales se clasifican en: Época Clásica de 1856 a 1883; Época Antigua de 1884 a 1911; Época Revolucionaria de 1911 a 1923; y Época Moderna de 1924 a la actualidad.
En relación con la estampilla de la Época Antigua destacan aquellas que conmemoraron la celebración del primer Centenario de la Independencia (1910). Se emitieron entonces diversas series de timbres, que honrarían tanto a nuestros héroes patrios como a algunos de los acontecimientos cumbres de la lucha libertaria. La Dirección General de Correos, adscrita a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, fue la encargada de diseñar y poner en circulación las estampillas que celebraron dicho evento. Obviamente fue escogida la imagen del cura Hidalgo como la de mayor circulación, con un costo de cinco centavos; le siguieron la estampilla de veinte centavos con el retrato de Abasolo; la de quince centavos, con el de Epigmenio González; la de 10 centavos, con la figura de Ignacio Allende; la de cuatro centavos, con la de Juan Aldama; la de tres centavos, con la de Ignacio López Rayón; la de dos centavos, con la de Leona Vicario; y la de un centavo, con la imagen de la Corregidora Josefa Ortiz de Domínguez.2
Por su parte, las estampillas de cinco pesos, tendrían la imagen de la heroica toma de Granaditas; las de un peso, la imponente ceremonia religiosa de la misa que ofreciera Hidalgo en el Monte de las Cruces antes de la memorable batalla; y las de cincuenta centavos, la alegoría del grito de Independencia en Dolores. Todas ellas empezaron a circular el 16 de septiembre de 1910 con un gran éxito.3
Cien años después, SEPOMEX sacó al mercado otras series de estampillas dedicadas a celebrar ahora el Bicentenario de la Independencia (2010). Con un diseño distinto, sobre todo en el tipo de letra, se rindió homenaje también a López Rayón; Nicolás Bravo; Xavier Mina; Servando Teresa de Mier; Pedro Moreno; Vicente Guerrero; Guadalupe Victoria; y desde luego a Miguel Hidalgo. Las imágenes de los héroes fueron tomadas de pinturas al óleo y litografías realizadas en los siglos XIX y XX; dichos timbres tuvieron un costo de siete pesos.
Otros acontecimientos importantes como la entrevista concertada entre Juan de O’Donojú, Francisco Novella y Agustín de Iturbide para dar término a la guerra de Independencia, así como la Entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México (timbre que costó 11 pesos cincuenta centavos), y su respectiva bandera, se sumaron a estas series de estampillas conmemorativas.
El timbre o estampilla postal ha adquirido, a través del tiempo, dos valores fundamentales: una considerable aportación económica a sus administraciones postales para la continuación y mejoramiento de las labores propias del correo, primero, y enseguida se ha convertido en un medio indiscutible para la difusión de la riqueza patrimonial, cultural y turística de los países que los emiten. En su caso, México ha abordado una gran diversidad de temas desde fines del siglo XX con la emisión de series temáticas como: Conservemos las especies marinas de México; México Turístico; México, Creación Popular.
En las primeras dos décadas del presente siglo, SEPOMEX ha difundido a través de sus estampillas, contenidos de gran actualidad e importancia en sus series conmemorativas, en el ámbito de los valores humanos destacan: el Día Internacional de la lucha contra las drogas; Día Internacional de la Mujer; Unidos contra la trata de personas; Día de los abuelos… También se cuentan instituciones de gran tradición: 75 aniversario del Banco de México; 60 años de la Universidad Iberoamericana; 50 años del ISSSTE; Cruz Roja mexicana 100 años gracias a ti…4 Nuestro patrimonio construido está representado por: Cincuentenario de la Torre Latinoamericana; Centenario del Palacio Postal; Ciudad Universitaria Patrimonio Cultural de la Humanidad; 80 años del Palacio de Bellas Artes…
A la par del surgimiento del timbre postal, se originó la filatelia: afición por clasificar y coleccionar sellos o timbres postales. Se sabe que los primeros coleccionistas reunían estos pequeños pedazos de papel por la belleza de sus imágenes, y para lucirlos cubrían con ellos objetos diversos como jarrones y piezas de cerámica. En el palacio Postal de la ciudad de México, se pueden admirar dos murales: La Tarasca, formado por 48,234 estampillas canceladas en el período 1890-1934; y el Escudo Nacional integrado por 34,279 timbres cancelados en el mismo periodo señalado; ambas obras fueron realizadas por don Pablo Magaña. Te invitamos a admirarlos.