La SCOP, nacida para abrir horizontes
Abrir horizontes nunca antes explorados fue lo que la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas hizo al nacer en 1891, año en el que México experimentaba un desarrollo en infraestructura que le exigía contar con una institución que articulara y atendiera los sectores que habían demostrado vertebrar el avance económico y social del país.
Abrir horizontes fue la tarea de la SCOP desde 1891, atendiendo los sectores que impulsaron el progreso del país
Las comunicaciones y los transportes se convirtieron en actividades para la innovación, la realización de obras y la prestación de servicios que facilitaran la conexión nacional e internacional, el intercambio de diversos productos, así como el flujo de personas dentro y fuera del territorio mexicano.
Al término del siglo XIX fue imperioso multiplicar líneas, rutas de navegación e instalaciones portuarias
Si bien, el país había tenido en la expansión de los “caminos de fierro” uno de sus principales objetivos, al iniciar la última década del siglo XIX, resultó imperioso multiplicar las líneas, rutas de navegación e instalaciones portuarias que el avance científico y técnico en los transportes marítimos, ponía al alcance de las diferentes naciones del mundo. Además, la disminución en costos, menor duración y más seguridad en las travesías contribuyeron a que los mares fueran considerados como “vías imprescindibles” para la comunicación entre pueblos, regiones y continentes.
LAS PRIMERAS ACCIONES DE LA NUEVA SECRETARÍA
Creada por decreto presidencial el 13 de mayo de 1891, como la séptima secretaría de Estado1, la SCOP dio cuenta oficialmente de sus primeras acciones, hasta los meses de julio y agosto de ese año, al encargarse de la administración de correos, la dirección de caminos, la operación de líneas marítimas, las obras del desagüe del Valle de México y la construcción de vías férreas, sectores que al paso del tiempo terminarían por integrar sus principales actividades.2
En agosto de 1891, Manuel González de Cosío puso en operación una línea de vapores entre los puertos de México y EU
El 24 de agosto de 1891, Manuel González de Cosío, en su calidad de primer titular de la Secretaría, firmó un contrato para poner en funcionamiento una línea de vapores que hiciera la carrera de los puertos de Filadelfia o Baltimore (en los EUA), al de Veracruz (en México), tocando en su viaje de ida y vuelta, los puertos de Progreso, Frontera, Campeche, Tuxpan y Tampico, ubicados todos en el Golfo de México. La SCOP enfatizó que el objeto de la nueva línea marítima era “conducir correspondencia pública, hacer el comercio de altura y cabotaje, además, de trasladar pasajeros”, aunque este servicio solo se prestaría entre puertos mexicanos.
Asimismo, la nueva dependencia estipuló que el concesionario, el señor James W. Porch, llevaría gratuitamente en sus vapores, la correspondencia, bultos y paquetes postales despachados por las oficinas de correos tanto en México como en Estados Unidos, quedando bajo su responsabilidad, el cuidado y conservación de estos objetos, mediante el uso de valijas especiales. Por su parte, y en consideración al servicio otorgado por los vapores, el gobierno mexicano dispensaría los mismos beneficios concedidos entonces a los buques-correos, tales como no pagar derecho de faro, ni contribuciones federales de ningún tipo, excepto, la del timbre.”3
Finalmente, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas señaló que los barcos harían cuando menos un viaje mensual y que portarían la bandera de México durante un año entero, pues ante un eventual escenario de guerra, el gobierno federal solicitaría su apoyo para el combate y el traslado de insumos y tropas a manera de servicio extraordinario.