“Con alas para volar”, Emma Catalina Encinas
Tras veintidós años del primer vuelo pilotado en la Ciudad de México por Alberto Braniff (8 de enero de 1910), la hazaña de surcar “la región más transparente del aire” fue repetida el 4 de diciembre de 1932, por Emma Catalina Encinas Aguayo en los llanos de Balbuena, cuna de la aviación mexicana.
Si bien, en sus primeros años, la aviación en México fue vista como un espectáculo deportivo y una actividad militar, en el transcurso de los años veinte del siglo pasado, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), favoreció a este sector mediante inversiones públicas y privadas que, en poco tiempo, la convirtieron en una fuente esencial del desarrollo económico y social del país.
Su familia se mudó a los EUA por temor a la División del Norte, liderada por Pancho Villa
Nacida el 24 de octubre de 1909 en Mineral de Dolores, municipio de Madera, Chihuahua, Emma dejó su ciudad natal en 1914, al cumplir 5 años de edad, para mudarse a los Estados Unidos por el temor de sus padres a la División del Norte, ejército revolucionario liderado por Francisco Villa.
Su primer contacto con la aviación fue en la carrera aérea Women Air Races
Una vez radicada en Los Ángeles, California, Emma Catalina tuvo su primer contacto con la aviación, al asistir a una de las carreras aéreas llamadas Women Air Races, organizadas en el campo de Santa Mónica, California. Estas competencias deportivas comprendían una larga ruta que cubría el sur de los Estados Unidos (San Bernardino, Phoenix, Douglas, Columbus, El Paso, entre otras), hasta llegar a Cleveland, en el norteño estado de Ohio. Con “la cara pegada a la alambrada”, Emma Catalina contempló aquel espectáculo, “absorta por la presencia de tan numerosas, como aguerridas mujeres”.
A bordo de un biplano Spartan decidió que “quería aprender a volar y volaría”
Tras esta experiencia y después de concluir sus estudios en Estados Unidos, la familia Encinas Aguayo regresó a Chihuahua, gobernada entonces de manera interina, por el aviador coronel Roberto Fierro (General de División), quien inauguró la Escuela de Aviación Civil en un campo aéreo local. Fue justo en este espacio, donde Emma, a bordo de un biplano Spartan, con dos plazas y cabinas descubiertas fue invitada a hacer el viaje que definiría su vocación por la práctica aérea. En sus propias palabras, en ese momento decidió que “quería aprender a volar y volaría.”
¡A VOLAR SE APRENDE!
Tomó clases de aerodinámica, mecánica, motores y de vuelo por contacto visual
Para lograr su objetivo, la joven de 20 años se inscribió en un curso que, entre otras cosas, exigía el dominio de vuelos rectos y nivelados, la formación de “ochos” en el aire, la ejecución de latigazos o picadas, así como despegues y aterrizajes. Las clases teóricas también fueron esenciales en la formación de Emma, quien se instruyó (junto con 6 pilotos más), en aerodinámica, mecánica, motores y, en vuelo por contacto visual. Debido a que el General Fierro trasladó la escuela de Chihuahua a Monterrey, Nuevo León, Emma Catalina y su familia se trasladaron a la Ciudad de México, en donde la única opción para seguir con su carrera de piloto era inscribirse en la Escuela Militar de Aviación, pues en la Escuela civil, dirigida por Mario Castelán, predominaban “ideas peculiares” sobre que “las mujeres volaran.”
Por sus conocimientos, disciplina y “ansias de volar” participó en un desfile militar
De hecho, por esto, Emma prefirió acercarse a Leobardo C. Ruiz, Jefe de Aeronáutica Militar, quien después de unos meses de práctica, le permitió recibir instrucción de vuelo en el Campo Militar. Destacada por el nivel de sus conocimientos, su disciplina y “sus ansias de volar”, Emma Catalina Encinas fue elegida para participar en el desfile militar del 20 de noviembre de 1932.
Su vuelo más memorable fue a bordo del avión llamado Tormenta
“Vestida con pantalón y botas altas tipo militar, una chamarra de cuero rojo, gafas de piloto y una bufanda blanca con el escudo bordado de la aviación mexicana”, Encinas realizó el que sería su vuelo más memorable (el primero), a bordo de un avión llamado Tormenta. Aunque Emma, logró despegar, tomar altura y nivelar el aparato, tuvo conciencia de que “estaba sola”, conduciendo un avión hasta que notó que no “había ninguna cabeza delante de ella” y, pese a que, -según su testimonio-, se puso “nerviosa cuando miró a tierra y vio los hangares muy pequeños y a la gente como hormigas”, logró realizar con éxito todas las maniobras de rutina y las de aterrizaje.
Luego de sobrevolar el Lago de Texcoco, la joven “con alas para volar” fue aprobada por unanimidad
Después de su primer vuelo, Emma Catalina Encinas realizó los trámites para presentar ante las autoridades del Departamento de Aeronáutica Civil, adscrito a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), el examen oficial que la acreditaría con una licencia de “piloto aviador de turismo”. Así, tras sobrevolar y maniobrar en agua su nave sobre el Lago de Texcoco, la joven “con alas para volar” fue aprobada por unanimidad, el 4 de diciembre de 1932, convirtiéndose en la primera mujer mexicana en recibir este documento oficial en nuestro país.
Fue traductora, intérprete y maestra de inglés de los pilotos mexicanos enviados a estudiar a los EUA
La pasión de Emma Catalina por la aviación nacional, la llevó a ser traductora, intérprete y maestra de inglés de los pilotos que el gobierno federal envió durante los primeros años de la década de los ‘30, a los Estados Unidos, a recibir formación y adiestramiento aéreo.
Emma Catalina Encinas fue “una mujer que nació antes de su tiempo”
Convencida de que había sido “una mujer que nació antes de su tiempo”, Emma Catalina Encinas Aguayo se estableció en el poblado de Las Choapas, Veracruz y viajó por todo el mundo, hasta que un derrame cerebral cobró su vida el 15 de noviembre de 1990, cuando tenía 81 años de edad.
FUENTES CONSULTADAS:
- “¡A vuelo de avión! Trazo Histórico del Sector Aéreo en México” [en línea], El Mirador, Sección Despegue. SICT, México. Disponible en: https://elmirador.sct.gob.mx/despegue/a-vuelo-de-avion-trazo-historico-del-sector-aereo-en-mexico
-David Cárdenas, “Emma Catalina Encinas Aguayo, la primera mujer piloto de México” [en línea], El Sol de Hidalgo, sábado 27 de febrero de 2021. Disponible en: https://www.elsoldehidalgo.com.mx/analisis/emma-catalina-encinas-aguayo-la-primera-mujer-piloto-de-mexico-6414700.html
-“De bailarina a piloto. La crónica de Emma Encinas, la primera aviadora mexicana de la historia” [en línea], Transporte MX. El diario digital del transporte, 14 de septiembre de 2020. Disponible: https://transporte.mx/de-bailarina-a-piloto-la-cronica-de-emma-encinas-la-primera-aviadora-mexicana-de-la-historia/
- “Emma Encinas, chihuahuense, primera mujer con licencia de piloto en México” [en línea], La crónica de Chihuahua, mayo de 2018. Disponible en: https://www.cronicadechihuahua.com/Emma-Encinas-chihuahuense-primera,53230.html
-Manuel Ruiz Romero, “La primera mexicana con licencia de vuelo”, Archivos de la Secretaría de Gobernación, México, s/f de edición.
-Secretaría de la Defensa Nacional, “General de División Piloto Aviador Roberto Fierro Villalobos” [en línea], Biografía de la Fuerza Aérea Mexicana, México. Disponible en: https://www.gob.mx/sedena/documentos/gral-de-div-p-a-roberto-fierro-villalobos
-“1929 – 1st Women’s National Air Derby” [en línea], Los Angeles Chapter. The Ninety-Nines International Organization of Women Pilots. Disponible en: https://la99s.org/1929-air-derby/
Foto de portada: Nacida en los albores de la Revolución Mexicana, Emma Catalina Encinas transformó su destino y el de otras mujeres al convertirse en la primera piloto aviadora en México. Foto recuperada de: El Tiempo y su Memoria.