"No podemos vivir sin tratar al menos de comprender el mundo. Y comprender el mundo es ya un modo de actuar en él, al que, de manera inevitable, seguirán otros orientados por el poder que se derive de nuestros conocimientos.”

José Ortega y Gasset

 

Aplicar con ética y precisión los “conocimientos técnicos, sin dejar de tomar en cuenta todo y a todos los demás”, es el principio que rige el trabajo diario de las mujeres y de los hombres que forman parte de la familia de la SCT en Campeche, quienes, evocando sus experiencias, nos dan cuenta de las huellas que en su vida y en su memoria ha dejado el ejercicio de la ingeniería.

Entrega, aprendizajes y enseñanzas, cooperación, orgullo, generosidad, tenacidad, valor, arrojo, determinación, sacrificio, cariño, esfuerzo son algunos de los términos que se repiten en los testimonios que trabajadores y colaboradores tuvieron a bien compartir sobre lo que han enfrentado y no dejan de vivir día a día en su quehacer profesional.

 

“Contar” a los demás algo es dar valor, estimar o sopesar aquellos “hechos que son dignos de que otros conozcan”. Así, lo que los otros “nos dicen”, los testimonios orales que alguien nos comparte son -en palabras de Paul Tompson-, “la más antigua, pero también, la más novedosa forma de hacer historia”. Por ello, cuando nos dicen “sólo se los cuento…”, hay que prestar atención y disponerse, no únicamente a escuchar los sucesos del pasado, sino ante todo, los llamados del presente.

Las voces que a continuación leeremos pertenecen a quienes han labrado el desarrollo del Centro SCT-Campeche y, es por ello, que nos cuentan cómo han vivido la transformación de la institución a la que han servido y fortificado como la tradición histórica campechana lo exige.

 

ANDY ALADINO PÉREZ SONDA

La gente del camino

Para el ingeniero Pérez los camineros son referentes claves en su vida laboral: “Recuerdo todavía cuando viajaba con mis padres por las carreteras, veía gente anónima que caminaba, que limpiaba, que bacheaba y yo siempre les preguntaba, ¿quiénes son ellos?, ¿qué hacen aquí?; ¿habrá algún poblado cerca o de dónde sale esta gente? Años después, me encuentro yo sobre el camino, sin una población cercana, recorriendo una carretera, criticando los daños, desarrollando algún plan, algún programa…, y veo pasar los carros con los niños saludándome, y me viene a la mente lo que yo veía de niño.”

La SCT forja el carácter

“La Secretaría nos ha forjado el carácter, nos ha dado un gran aprendizaje y le tengo un profundo agradecimiento”

"Decidí ser ingeniero porque me gusta, me gusta mi trabajo, me gusta despertarme y esforzarme. Mi paso por la Secretaría es muy breve aún (seis años), pero esas experiencias me han llevado a superarme, a estudiar una maestría, a involucrarme en serio. Recuerdo que al principio de mi carrera pensaba en ir a construir edificios y todo, y hoy me encuentro aquí en carreteras y me siento muy orgulloso, he aprendido muchísimo. La Secretaría nos ha forjado el carácter, nos ha dado un gran aprendizaje y le tengo un profundo agradecimiento: para mí, la Secretaría ha sido una fuente de inspiración. Quiero brindarle un homenaje a esta gente que está en la carretera, que no sabemos quiénes son, pero ahí están siempre ayudando, y siempre manteniendo la carretera en buenas condiciones.”

AUGUSTO MELITÓN GORDILLO DÍAZ

Un camino inolvidable

De los proyectos realizados por Augusto destaca uno en particular, por la huella que dejó en su memoria: “es un camino que me trae muy bonitos recuerdos, en el cual yo quedé sorprendido por la majestuosidad de las selvas campechanas; había árboles tan inmensos que con maquinaria era difícil que se pudieran tirar, entonces tuvimos que usar dinamita para evitar que la maquinaria quedará aplastada. Fue un camino que va de pueblo a pueblo: Chicbul, Chekubul y Sabancuy, pegado a la costa del Golfo, donde se unía a la carretera que va de Champotón a Ciudad del Carmen. Ese fue mi primer trabajo de entrada a las tierras de Campeche y ya no quise dejarlas y, aquí sigo, hasta el momento, con muchas vivencias.”

 

CÉSAR UC COHUO

Principal meta de la SCT: beneficio social

“…otra cosa que me encanta y amo de la Secretaría, es el beneficio social que genera al construir un camino, ¡es increíble!”

César se siente bendecido por trabajar en una gran familia como la de la SCT. Para él, los objetivos de la dependencia se resumen en “dar beneficio a toda la comunidad, al país. Yo veo a la Secretaría como una escuela cuya enseñanza no termina. En el poco tiempo que llevo aquí, a cualquiera que se le pregunte algo, no te va a decir no, te va a decir sí; se hace de esta forma, se hace así y se hace asa, nunca dicen, no; se la viven diciendo cómo hacer las cosas para mejorar.”

"Trabajo en carreteras alimentadoras en el municipio sur de Candelaria y otra cosa que me encanta y amo de la Secretaría, es el beneficio social que genera al construir un camino, ¡es increíble…y, ¡cómo cambia la situación! Llevo 10 años en Candelaria y cuando llegué a sus comunidades tardabas dos o tres horas en llegar, recorría 80, 90 o 100 kilómetros. Hoy, llegas en media hora: de la cabecera hasta la comunidad más lejana haces 40 minutos. Así es que el beneficio social y económico del municipio se ve claramente.”

Orgullo legítimo

"Cuando escuchas decir que la Secretaría hizo ese camino y lo hizo bien, que es de buena calidad, se siente un gran orgullo. Me encanta escuchar eso porque se debe a la experiencia que tiene toda la gente que está aquí, quienes nos han permitido adquirir todos esos conocimientos. Trabajo que no podía hacer otra dependencia, la SCT se encargaba, pero era así por dos razones. Primero, por ser ingenieros y, segundo, por tener gente que capacita y da conocimiento a todos nosotros: ingenieros, licenciados, los que colaboran con la SCT. Por ello, hay que sentirse orgullosos de ser parte de esta familia.”

 

DULCE MARÍA HERNÁNDEZ MOO

De Yucatán a Campeche

La ingeniera Hernández se ha desempeñado en el sureste del país a lo largo de 30 años: “es una satisfacción muy grande poder pertenecer a este equipo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el cual me ha permitido adquirir mucha experiencia en mi desarrollo profesional. Comencé haciendo el servicio social y las prácticas profesionales dentro del área de Servicios Técnicos en el estado de Yucatán. Me gustó desde siempre estar trabajando en laboratorios, atender el control de calidad. De ahí, se presentó la oportunidad de estudiar la maestría que, en ese entonces, estaba patrocinada por la SCT. Ése es un agradecimiento más que llevo conmigo porque me permitió realizar mis estudios. Trabajé con el ingeniero Pablo Solís Gómez, un gran maestro con mucha experiencia, que me ha servido muchísimo en mi desarrollo. Después me fui al estado de Campeche donde tuve la oportunidad de trabajar en Servicios Técnicos con el ingeniero Mario Reyes. Posteriormente, me dieron la oportunidad de pasarme a Carreteras Alimentadoras con el ingeniero Luis Felipe García Aguilar, a quien le tengo sumo agradecimiento porque me ha enseñado muchísimas cosas.”

Principales actividades

“Apoyar a la gente resulta una gran satisfacción, por eso, me llena de orgullo pertenecer a la SCT”

Dulce María nos especifica algunos de sus trabajos realizados, por ejemplo: “he estado en la implantación del sistema de gestión de calidad, también trabajé en las emergencias de las comunidades, en los caminos que estamos ahorita realizando para la gente del campo que no tiene acceso a servicios. Es muy importante para ellos prestarles este apoyo para que puedan tener acceso a ellos y, así poder sacar su producción. Apoyar a la gente resulta una gran satisfacción, por eso, me llena de orgullo pertenecer a la SCT al igual que todos los que estamos aquí presentes. Quiero agradecerles a todos lo que me han enseñado, así como que me hayan permitido formar parte de este gran equipo.”

 

EDILBERTO BUENFIL MONTALVO

Filosofía y práctica laboral

Para el ingeniero Buenfil “cuando uno sale de la escuela, pues sabe muy poco, sobre todo, de las cosas prácticas y, al empezar a trabajar como contratista o funcionario de la Secretaría, o de cualquier otra dependencia, es cuando se empieza a aprender realmente. Al entrar a la Universidad me vine a trabajar a Campeche en la Junta Local de Caminos, con el ingeniero Santiago Guerrero, para hacer prácticas de topografía en la carretera Champotón–Ciudad del Carmen.”

"Recuerdo que era una brecha llena de cocales. Todos los días a las cuatro de la mañana nos pasaban a buscar. Ya se podrán imaginar la situación, teníamos 20 años de edad y las noches eran para pasear, pero la hora de levantarse era a las cuatro de la mañana porque pasaba el ingeniero Guaira a la Soleada. Guardo muy buenos recuerdos de muchos ingenieros que han pasado por acá, todos los directores han sido personas capacitadas a los cuales les hemos aprendido mucho -desde don Luis García Chable-, sobre todo, cómo determinar qué material es bueno y qué material es malo a simple vista. Don Luis era duro, pero muy consciente, te daba oportunidad de enmendar tu error para beneficio de todos. El ingeniero Cano, dueño de una tranquilidad y bonhomía, siempre trató con consideración a todos.”

Los hombres de la SCT

“… yo le agradezco a la SCT, lo mucho que aprendí de los trabajos que realicé en ella. Más que enseñarle a ella, la Secretaría me enseñó a mí”

El ingeniero Buenfil reconoce la importancia de las personas que han colaborado para el desarrollo de la SCT: “la Secretaría en realidad debería de hablar de los hombres que han trabajado en ella, porque las obras ahí están, las ven en un plano y cada camino tiene una anécdota. Pero las anécdotas, las enseñanzas y el legado dejado por los primeros camineros en todo el país, se debe recuperar en un libro. Cada zona del país tendrá a su ingeniero Cano, su ingeniero Luis García. Tenemos que ver las enseñanzas que nos han dejado, la rectitud con que han actuado. Todo ello ha sido bueno para la Secretaría y su función principal: transformar la naturaleza en beneficio de la comunidad, un camino transforma a la naturaleza y da beneficios a la comunidad inmediatamente. Eso es lo que yo le agradezco a la SCT, lo mucho que aprendí de los trabajos que realicé en ella. Más que enseñarle a ella, la Secretaría me enseñó a mí.”

 

EDUARDO ESCALANTE ESCALANTE

Algunos caminos de Campeche y sus anécdotas

Después de recordar los diferentes nombres que ha tenido la Secretaría a lo largo de su existencia (SCOP, SOP, SAHOP, SCT), el ingeniero Escalante habla de las carreteras troncales de Campeche acudiendo a su memoria: “en 1935, por decreto presidencial, se crearon los caminos estatales de cooperación, esto es 50% de aportación del gobierno federal y 50 % de aportación de los gobiernos estatales. Ése fue un paso importantísimo en la conformación de las carreteras estatales. Para 1939 comenzó la construcción de la carretera Campeche-Hopelchén, como primera etapa de la que sería la carretera a Mérida; unía a las comunidades de Castamay, Chemuyil y Cayal.”

"Respecto a ese camino nuevo, quiero comentarles que los hermanos Mario y Otto Lara, empresarios de Hopelchén, establecieron la primera gasolinera que hubo en Campeche; y también la primera línea de transporte de autobús de pasajeros a Hopelchén, aprovechando las terracerías que se iban haciendo para la carretera de Campeche a Hopelchén. Yo viajaba de polizonte en esos camiones.”

"Otro recuerdo que tengo de las carreteras troncales de Campeche es cuando trabajé en la Junta Local de Caminos, allá por 1957-1958, uno de sus miembros, el ingeniero Cano, me comentó que en la brecha que se había abierto para hacer la carretera a Champotón, la maestra Conchita Ortal Riseño, habitante de Seybaplaya, le pidió al general Francisco Mújica –entonces secretario de Comunicaciones y Obras Públicas-, en una gira de trabajo hecha por esa zona, que mejorara el camino de carretas hacia Champotón. El general, le ordenó al oficial mayor Fernando Enrique Aguilar (de origen campechano), que realizara las gestiones pertinentes para iniciar un camino de cinco metros de corona, de Campeche a Champotón.”

"El camino de Campeche a Champotón, tuvo sus problemas particulares, en especial cuando el coronel Mena Brito, personaje muy influyente en Campeche y, dueño de un extenso rancho, le pidió al ingeniero Ricardo Castillo Oliver, que por favor el trazo de la nueva carretera no afectara mucho los terrenos que eran de su propiedad. Castillo Oliver se pegó lo más posible a la costa para darle gusto, dentro de lo posible.”

"El ingeniero Castillo Oliver rescató un saldo del presupuesto de la carretera a Champotón, con el que quería continuarla hasta Isla Aguada. El ingeniero Juan Bravo, jefe de departamento en Carreteras en Cooperación, al respecto, le dijo: ‘¡Óigame ingeniero Castillo, esto que usted está proponiendo es una tentación!’, a lo que el ingeniero Castillo contestó: ‘Tentación, es una mujer hermosa, solo estoy tratando de emplear los recursos que nos han quedado para iniciar otra obra importante’. Así se dio el comienzo de la carretera Champotón-Isla Aguada.”

“Entonces trajeron como dos mil gentes de Oxkutzcab… de allá vinieron a trabajar la carretera de Escárcega-Chetumal.”

"La carretera Escárcega-Chetumal tiene su origen en la construcción del Ferrocarril del Sureste entre 1937 y 1950. Entonces se necesitaban caminos alimentadores para darle el servicio al ferrocarril y se propuso la construcción de la carretera Escárcega-Chetumal. Al principio no había el personal necesario. Escárcega era una comunidad incipiente, una comunidad nueva que había sido precisamente un campamento para la construcción del Ferrocarril del Sureste. Entonces trajeron como dos mil gentes de Oxkutzcab donde una manga de langosta había azotado muy fuerte a ese lugar de Yucatán; de allá vinieron a trabajar la carretera de Escárcega-Chetumal.”

"En 1952 se comenzó la carretera que va de Champotón a Escárcega, que se inició en la confluencia de las calles 28 y 34 de Champotón, en el conocido parque de La Bandera. Era tanto el lodo, que hubo necesidad de estabilizar las terracerías explotando los bancos de arena de Paraíso, rancho propiedad de los Verrón, en la desembocadura del río Champotón.”

Empresas constructoras y campechanas

"Quiero mencionar al final, las empresas constructoras campechanas. La primera se llamó Caminosa, integrada por don Miguel Zepeda García, don Calaban Macari, don Luis Felipe Durán Lance y don Marcus Culmira Buenfil. Esta empresa se formó para realizar las brechas y los caminitos cuando se construyó el ingenio La Joya, en Haltunchén, de 1950 a 1953.”

"Otra pequeña empresa llamada Melgaris se estableció de 1953 a 1957 y la integraban don Juan Mequí Quintal, don Fernando García Álvarez y don Enrique Escalante Patrón, mi padre. Posteriormente, se crearon tres empresas campechanas más, que fue cuando yo me inicié: la empresa del ingeniero Heriberto Buenfil Martínez, papá del ingeniero Buenfil aquí presente; la de Marcus Culmira Buenfil y la de un servidor; trabajamos de 1958 a 1961.”

"El coronel José Ortiz Ávila fue designado en 1961 como gobernador del estado de Campeche, estaba casado con una hija adoptiva de don Marcelino García Barragán que había sido candidato a la presidencia de la República, y había tenido una empresa llamada La Nacional de Caminos. El coronel le pidió al suegro que le donara la maquinaria para realizar obras en Campeche por administración, y en ese mismo año, eliminaron prácticamente a las tres constructoras campechanas referidas. La del ingeniero Buenfil Martínez se mudó a Mérida para asociarse con Cucesa, empresa yucateca altamente reconocida en el sureste; Marcus Culmira se fue a Tabasco a trabajar con Landa y Rubio y, yo me fui a México a buscar trabajo, fue cuando entré a la SCT. Al paso del tiempo, el coronel Ortiz Ávila reconoció nuestra necesidad de trabajo y nos incorporó poco a poco para trabajar de nuevo en Campeche.”

 

EDUARDO RODRÍGUEZ ABREU

Los comienzos

“…mi jefe, Pablo Solís Gómez, me dijo: ‘Oye ingeniero Rodríguez: ¿quieres hacer carrera en la Secretaría? Entonces, primero tienes que amar el servicio público”

"Entré a esta dependencia en 1973 y obtuve una plaza de laboratorista de campo al año siguiente. Recuerdo que mi jefe, Pablo Solís Gómez, me dijo: ‘Oye ingeniero Rodríguez: ¿quieres hacer carrera en la Secretaría? Entonces, primero tienes que amar el servicio público y ser realmente parte de esta familia de servidores públicos que es la esencia de la SCT y, bueno, en esa época era SOP (Secretaría de Obras Publicas). Una familia integrada por profesionistas, cada uno de ellos enseñaba generosamente a sus subalternos. Aparte, la dependencia se preocupaba por actualizar y mantener a su gente capacitada.”

"Tuve la fortuna de entrar a la SCT desde el primer año de mi carrera, me formé estudiando y trabajando al mismo tiempo. Después de pasar un riguroso escalafón, conseguí la residencia de obra en la División de Conservación en Campeche, que abarcaba todo el sureste: Tabasco y parte de Chiapas. El ingeniero Leopoldo Paullada Fernández del Campo fue el primer divisionario de conservación en ese entonces.”

"La SCT iba capacitando a su gente para salir al campo, yo llegué todavía muy fresquecito, muy tierno. Entonces me topé con don Juan Escalante, Humberto Buenfil, el ingeniero Gordillo; dos tractores y dos excavadoras, no sé si tenían más. Ahí conocí a las primeras máquinas monstruosas, eran unas motoescrepas, cuyas llantas medían como dos metros y medio, casi tres metros de altura; y trabajaban como si fueran raspa-hielos, ahí colaboré en el camino Campeche-Chinampa.”

"Los grandes maestros con los que trabajé me decían: ‘¿sabes?, tienes que venir vestido como nosotros para que la gente te conozca, que sienta que eres parte de ellos: pantalón caqui, botas mineras, camisas color caqui y sombrero calentano’, y así anduve en los caminos, obviamente compartiendo la experiencia de todos ellos que eran grandes ingenieros, grandes profesionistas y también gente realmente honesta y muy trabajadora.”

La SCT: un ejemplo a seguir

"Para la sociedad en general, el servicio público de la SCT siempre será un ejemplo a seguir para cualquier otra dependencia, fuimos por muchos años una dependencia referente de muchas otras. Es más, había programas que no podían hacer otras dependencias y nos los daban a nosotros, sin tener ninguna relación con nuestras funciones y responsabilidades. Por ejemplo, nos tocó hacer bodegas de la CONASUPO, corrales para las Unidades Fitosanitarias, y programas o campamentos de ayuda para los refugiados. A mí me tocó diseñar los primeros campamentos de refugiados para los guatemaltecos. Recuerdo que estando en el primer año de Ingeniero Civil allá en el estado de Michoacán, mandaron a mi padre a atender la emergencia administrativa provocada por la ruptura de la presa de Los Conejos que se desbordó sobre Irapuato, matando a mucha gente. A ese tipo de urgencias mandaban a la SCT y, hasta Guatemala fuimos a dar para apoyar también.”

“…la SCT siempre será un ejemplo a seguir para cualquier otra dependencia”

"Éramos una dependencia muy organizada, muy preparada y con mucha escuela y oficio. Ese orgullo nos lo vamos a llevar todos los que hemos pasado por esta institución; yo trabajé 43 años en la SCT y estuve en muchas áreas. Creo que todos y cada uno de mis compañeros de trabajo me han enseñado algo. Tuvimos la fortuna de hacer nosotros directamente los trabajos de conservación con maquinaria, personal y proyectos de la Secretaría: obviamente, los proyectos grandes de construcción y de modernización, les tocaban a los contratistas.”

El anecdotario

Para Eduardo es fácil relatar algunas anécdotas de su trabajo: “si hablamos de Campeche, aquí había emergencias cada año o cada dos; teníamos inundaciones y tormentas. Nos decían los compañeros: ‘cuando la topota (especie marina), sale del río Palizada, es que viene la creciente’ y, efectivamente, se vino la inundación del río más caudaloso de México que es el Usumacinta. Ahí veíamos pasar a los pejelagartos sobre la carretera y los compañeros con mucho riesgo se metían a buscarlos.”

"Las emergencias siempre estaban presentes y muchas veces no había ni para el tiempo extra, ni viáticos, ni muchas cosas que hoy se piden. Pero ahí estaba presente la Secretaría, en todo momento. Creo que ese ejemplo de dependencia nadie nos lo va a quitar y tampoco el hecho de que la misión y la visión que hoy tenemos, es muy clara, al igual que nuestra razón de ser y el lugar al que hemos llegado. Creo que podemos ir más lejos con estas nuevas autoridades que, obviamente, se están preocupando por la historia, porque yo creo que de la historia van a salir muchas cosas positivas para el presente.”

 

ERIC DAMIÁN HERNÁNDEZ SUÁREZ

Un aprendizaje constante

"Respecto al paso de los huracanes Roxana y Opal por Campeche, yo solamente los viví a través de las noticias, igual ahorita, a través de mis compañeros, los ingenieros Abreu, Escalante y Gordillo. La verdad es que para mí es un logro personal y un orgullo ser parte de la SCT en obras. La experiencia que tengo es a través de mis compañeros camineros; todos los días aprendo algo de ellos, así como de mis jefes superiores. Estoy muy orgulloso de pertenecer a la SCT.”

 

HIGINIO CRUZ GUERRERO

Conservando las carreteras

A lo largo de sus más de 30 años laborando en la SCT el ingeniero Cruz ha trabajado en varias áreas: Caminos Rurales, Carreteras Alimentadoras y, actualmente, en Conservación.

"Mi trabajo lo tengo en la costera, mi tramo es de Champotón hasta Ciudad del Carmen. Cuando hay un frente frío, un norte, tenemos que estar al pendiente. A veces nos toca el huracán y nosotros como residencia a cargo, tenemos que estar muy alertas. Yo vivo en un pueblo de la costa y cuando hay una urgencia de esta naturaleza, la familia siempre me dice: ‘oye, ¿a dónde vas?... y, nosotros ¿qué vamos a hacer?’. Yo les digo que es parte del trabajo y que tengo que ir allá, para tratar de impedir que la corriente o marea nos coma el camino.”

"Hay veces en que la fuerza de la naturaleza es demasiada en comparación con los recursos que tenemos, por lo que pido ayuda o autorización a través del Subdirector de Obras o del ingeniero Araiza para que me dejen actuar y buscar hacer algo porque, ¿de qué me sirve estar en el conflicto a media noche, en la mañana o en la madrugada si no resuelvo el problema? La marea alta es el enemigo que trae un frente frío o un norte.”

Un paso sin huella

Al ingeniero Cruz le sorprende que los fenómenos naturales no dejen, a veces, huella de su paso: “ver que la marea sobrepasa los dos, tres metros de altura y que de un momento a otro te llena la carretera de arena, y después pasas al segundo, tercer día y ya no ves nada, porque el mar está tranquilo, es lo que me llama mucho la atención. Y, al contrario, a veces estamos limpiando la carretera a las dos, tres de la mañana y de repente viene otra marejada fuerte y nos vuelve a dejar la zona como estaba. Mi trabajo es tratar de que no se corte el camino porque se supone que es la vía que une al sureste con todo el centro. Cada vez enfrentamos más problemas porque nos viene ganando terreno el mar, más hacia donde está la carretera y no tenemos dónde modificar el trazo porque todo lo demás es una zona de mangle.”

 

IVÁN DE JESÚS SOBERANIS ORTIZ

Las enseñanzas de la SCT

A Iván le agrada escuchar a los trabajadores con más antigüedad pues prácticamente son como una fuente de aprendizaje en su trabajo diario: “la verdad es que me da gusto escuchar a la gente de experiencia, sobre todo, la pasión con que las cuentan. Yo tengo muy poca experiencia en comparación con todos mis compañeros, pero me da mucho gusto sentir esa pasión, prácticamente, la reviven al momento de contarla y es muy bonito ver lo que les produce un trabajo como el de la ingeniería.”

"Llevo 10 años trabajando en la Secretaría y he aprendido más que nada de la gente, por ejemplo, en casos particulares, de los jefes que me ha tocado tener; el saber cómo manejan las situaciones que se presentan y las decisiones que toman en cuestión de minutos u horas, porque en ocasiones no cuentas con los suficientes recursos o estudios que te puedan dar seguridad al momento de tomar una decisión, pero aquí es donde sale a flote la experiencia de cada uno de ellos. Por eso, les agradezco que nos compartan todo esto.”

 

JESÚS ARMANDO ARAIZA ARMENTA

El ingeniero Araiza comenzó a trabajar en la SCT el 1 de mayo de 1980, cuando aún estudiaba en la UNAM: “no es por presumir, pero el director de la Facultad de Ingeniería era el ingeniero Javier Jiménez Espriú, que fue Secretario de Comunicaciones y Transportes. Soy de la generación 77-81 y él, creo que estuvo como director entre 1978 y 1982. Cuando llegó a visitarnos, se lo comenté, porque para mí, es un orgullo que nos visite un secretario de Comunicaciones y Transportes. Tuvimos el honor de conversar con él, de dar nuestras opiniones, nuestras sugerencias.”

“…el mayor acervo de esta dependencia es el personal con que cuenta, tanto dentro como fuera”

"Ahorita hay que apretarnos el cinturón porque no tenemos los mismos recursos que tuvimos el año pasado o el antepasado. Ustedes no saben lo que es trabajar con un 30 % de lo que se tenía, causa un poquito de molestia, pero tenemos que ajustarnos a lo que hay, ya vendrán tiempos mejores, estoy seguro. Hay que demostrarles que con 20 pesos que nos den, hacemos el trabajo con buena calidad, aunque le inviertas 10 veces más de lo que tengas si no tiene calidad no sirve de nada. En mi opinión, la calidad es lo más importante en las obras.”

"Coincido también con aquel compañero que dijo que ‘lo más importante en la Secretaría es el personal’. Estoy de acuerdo, el mayor acervo de esta dependencia es el personal con que cuenta, tanto dentro como fuera, como es el caso de las empresas comprometidas que nos apoyan en las emergencias. Aquí estoy compañeros para trabajar en equipo con ustedes, y pedirles también su apoyo y colaboración para sacar adelante los programas de la Secretaría y cumplir con las metas que me encomienden el señor secretario y el señor presidente.”

 

JOSÉ ANTONIO PINTO ELÍAS

Para el ingeniero Pinto, el puente de la Unidad en Ciudad del Carmen “es la experiencia más importante en los más de treinta años que tengo de trabajar en obras de infraestructura y de edificaciones considerables. Es un orgullo participar en esta obra porque es para el beneficio de nuestra comunidad.”

José Antonio estudió ingeniería en la Universidad Autónoma de Yucatán y a través del Colegio de Ingenieros Civiles -del cual es socio fundador-, se formó en la Universidad Autónoma del Carmen, en la carrera de Ingeniería Civil, semillero ya, de varias generaciones.

Otro reto importante para las obras públicas es la durabilidad de las mismas: “desde el inicio se estuvieron haciendo pruebas a los concretos que se venían usando en la obra y vimos que podíamos hacer mejoras tanto en el tipo de concreto como en el sistema constructivo para tener la certeza de que esta obra va a durar más de lo que normalmente se acostumbra. Estamos hablando de 70 u 80 años, pero puede llegar a los cien. Obviamente, toda obra necesita su programa de mantenimiento menor y mayor, referido a los elementos estructurales, hacer su mantenimiento como se debe dar a cualquier obra para garantizar su integridad.”

Una escuela para las escuelas

El equipo de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Obras Públicas e Infraestructura del estado de Campeche está conformado en un 90% por supervisores locales egresados de la UNACAR (Universidad Autónoma del Carmen), quienes han formado un excelente grupo, logrando una experiencia inigualable que les permite sentar una sólida base para su futuro profesional.

"Hemos también invitado y recibido la visita de muchos estudiantes, tanto de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma del Carmen, como de la Universidad Autónoma de Campeche, y alumnos de los grados de licenciatura y maestría de la Universidad Autónoma de Yucatán. Entonces este proyecto del puente, ha sido como ‘una escuela’ para todas las escuelas de ingeniería de la península. Además, se dio a conocer a nivel mundial, el año pasado (2018), en un Congreso Internacional de Vías Terrestres con la presencia de ingenieros ‘puenteros’ de todo el mundo: Sudamérica, Asia, Europa que conocieron esta obra y quedaron impresionados.”

"Quiero afirmar que este puente no es una obra que se pueda desarrollar en cualquier lugar, sobre todo, usando tecnología de punta, rápida y segura como son los equipos de lanzado que permiten tener la certeza de que los elementos se están acomodando perfectamente, las trabes tipo Nebraska de 45 metros de largo por 2.20 metros de peralte, y un peso de 90 toneladas cada una. No es fácil manipularlas y dejarlas acomodadas al milímetro, en su lugar, para que así tengan un desempeño estructural adecuado.”

 

JOSÉ DAVID BORGES MARTÍNEZ

"En 1983, pasé a formar parte de las filas del área de Conservación y ahí he desempeñado las funciones de residente de obra en la oficina técnica. Sigo estando en Conservación como residente de obra y he tenido algunas experiencias valiosas por ahí, como las reconstrucciones de los huracanes que tuvimos en 1995 con Opal, e Isidoro que pasó en el 2002. De este último recuerdo cuando el ingeniero Rodríguez era subdirector de obras de Chetumal porque todo el día me solicitaba su pase, y dale y dale con su pase porque estaba cerrado el paso hacia Chetumal, tres puentes se fueron para abajo. Esos son algunos recuerdos que tengo de la Secretaría.”

 

JOSÉ MARÍA PINO

Solidaridad, ante todo

El testimonio del ingeniero Pino se encamina ahora a lo más importante de esta catástrofe, la solidaridad del personal de la Secretaría y de algunas constructoras: “a donde quería yo llegar es a lo siguiente. Durante estos eventos y otro también que se presentó, un norte muy fuerte que se estacionó sobre Escárcega y tiró no menos de una decena de puentes carreteros de la zona, pude ver algo que nunca se me va a olvidar, que para mí fue muy conmovedor, pues todos los trabajadores, ex compañeros de otros Centros SCT y, empresas constructoras, trabajaron como una sola persona. El Centro SCT Campeche aún trabajaba, por administración, la conservación de la Red Federal; entonces el personal salió a enfrentar todos los problemas que se presentaron, y se dio un evento que llamaba la atención, que peones, gente de la Residencia General de otras áreas, de Carreteras Alimentadoras, en fin, trabajadores del Centro SCT habían formado un gran equipo solidario.”

“Habrá instituciones como la SCT en todo el mundo, pero no sé si tengan el arrojo, la valentía, el cariño a la camiseta que tiene todo el personal de esta secretaría”

"Yo estudié en el extinto Instituto Campechano, la carrera de Ingeniería, cosa de la que no me arrepiento. Es más, extraño el estrés que ese tipo de acciones me producían al desempeñar mi trabajo. Ante esos meteoros, que gracias a Dios no han regresado, pude atestiguar lo que es trabajar de una manera conjunta para una dependencia, para nuestro país, sin meterse a averiguar nada, arriesgando la vida; no sé si los trabajadores pensaron en su familia o no. A ellos lo que les interesaba era abrir paso para que continuara el abasto a la península de Yucatán. Ese fue uno de los momentos más importantes que me tocó vivir.”

"También quiero reconocer a todas las áreas de apoyo del Centro SCT Campeche: al área administrativa, al área jurídica, al área de transportes, a los transportistas…, por convertirse en una sola persona. Habrá instituciones como la SCT en todo el mundo, pero no sé si tengan el arrojo, la valentía, el cariño a la camiseta que tiene todo el personal de esta Secretaría. Yo espero que sigan adelante con la misma mentalidad y la misma fuerza que siempre han puesto.”

 

JOSÉ MAURICIO ANGULO GARCÍA

Contra viento y marea

El padre del licenciado Angulo representó un obstáculo a vencer para hacer realidad su anhelo de entrar a la Secretaría: “mi papá era un industrial camaronero de Ciudad del Carmen y me decía: ‘¿estás seguro del paso que vas a dar?, ahí vas a ser un simple trabajador; podrías estar conmigo acá, en algún puesto que yo te dé en la empresa’. ‘No papá -le dije-, quiero comenzar en la SCT, ya hablé con el sindicato, me van a dar una plaza de base.’ ‘¿Y cuánto vas a ganar?’ ‘Como mil o algo así.’ ‘No, no, yo quiero que seas médico cirujano, te pago para que estudies medicina en cualquier parte del mundo, pero olvida esa idea que tienes’. Le dije, ‘papá discúlpame, pero he tomado la decisión de entrar a la Secretaría, es una dependencia que me ha llamado la atención, estoy haciendo mi servicio social ahí, quiero entrar.’ ‘Esa es una secretaría de ingenieros…’, ‘pero papá yo quiero entrar ahí y quiero estudiar la licenciatura en Derecho.’ ‘Peor tantito no hay cabida para ti hijo, estás equivocado completamente.”

"Comencé en la Subdirección de Operación, hoy Transporte. Ya era casi abogado, aún no terminaba mi servicio social. Esa área tenía un Comité de Transporte. El secretario técnico era el director del centro, y el secretario de apoyo era el subdirector de operaciones bajo cuyo cargo estaban las capitanías de puertos, la policía federal de caminos, el autotransporte federal, medicina deportiva…, todas las áreas que ahora son descentralizadas como correos, telégrafos, Telmex, todo. Me llamó la atención esa área y pensé que había un campo grandísimo para poder crecer, no solamente en obra pública. Empecé a hacer carrera en la Secretaría, primero como técnico especializado. Entregaba copias a Conservación que la secretaria me daba, también en Carreteras federales. Un día, me vio el Jurídico de mucho tiempo, contemporáneo de Marbel, Abelardo Carrillo Ancona quien me dijo: ‘¡hey muchacho, usted que es abogado puede hablar con el director!’. Fue entonces como inicié mi enseñanza, me pusieron a estudiar, me dieron los manuales de derecho de vía, la normatividad de la obra pública, todas las leyes…”

"A partir de entonces, he convivido mucho con los ingenieros en las decisiones de contrato por incumplimiento, trabajamos directamente en las cosas técnicas. Así crecí mucho en el área de obras para compaginar lo legal con lo técnico, que van de la mano. Después pasé al área del Órgano Interno de Control, como contralor y enseguida tuve la oportunidad de ser Subdirector de Transporte.”

 

LUIS FELIPE GARCÍA AGUILAR

Las raíces

Luis Felipe nos habla de sus raíces y cómo fue que se convirtió en ingeniero civil: “mi padre fue caminero y trabajó en servicios técnicos aquí en la SCT, aparte, laboró un tiempo en la división de Obras Públicas en el gobierno del municipio de Campeche, en la reparación de todas sus calles; además, daba clases de tipos de pavimentos en la Universidad Autónoma de Campeche. En las mañanas trabajaba en la SCT, por las tardes en el Ayuntamiento y, en las noches, daba clases. Por esa época yo terminaba mi secundaria y él me preguntó qué quería estudiar en la Universidad, qué carrera iba a elegir; mi madre había fallecido en esos días y andaba yo un poco desubicado respecto a mi vocación profesional. Recuerdo que le dije: ‘yo quiero ser sacerdote’, y me contestó: ‘sacerdote no, es una vida muy sufrida, porque no tienes familia, no vas a fiestas…, ¿por qué no vienes a la Universidad donde doy clases y te empiezas a preparar como ingeniero civil para que después trabajes en algún lado?”

Una trayectoria fructífera

“…la secretaría ha sido para nosotros una escuela, al estar en varias áreas hemos aprendido de todos…”

Luis Felipe le hizo caso a su papá y estudió ingeniería en la Universidad Autónoma de Campeche: “terminé mi carrera y cuando mi papa se jubiló, surgió la oportunidad de entrar a la SCT a trabajar. Primero como laboratorista en servicios técnicos, después como auxiliar del ingeniero Pedro Medrano, que era director de los Centros SCT en aquella época. Posteriormente, me fui a conservación como residente de obra y ahí conocí la técnica, igualmente. Después estuve de residente general de las Carreteras Alimentadoras, y finalmente, hasta hoy, tengo a mi cargo, la selección de obras. Creo que ha sido una trayectoria hermosa, porque he aprendido muchas cosas. Como dijo el ingeniero Eduardo Rodríguez, la Secretaría ha sido para nosotros una escuela al estar en varias áreas, hemos aprendido de todos, uno no se forma solo, sino aprendiendo de las experiencias de los demás y eso, me ha ayudado a estar donde estoy. He participado en alimentadoras, he colaborado en la construcción de muchos caminos rurales, también he estado en la conservación de la red de caminos en diversas zonas.”

"Hoy día, me toca coordinar los programas de los Centros SCT, en todas las áreas de infraestructura, para que se lleven a cabo conforme a los contratos; que tengan la calidad con la que deben hacerse las obras. Mi mayor logro es haber aprendido de los demás, aquí en la Secretaría, que me ha recibido como persona para realizar mis sueños, mis preferencias y, yo le doy gracias a Dios, por estar en donde estoy.”

MANUEL JESÚS CAN ESTRELLA

El circo solidario

Después de reconocer las difíciles experiencias que tuvo el personal de la SCT durante el paso de los huracanes Opal, Roxana e Isidoro, situaciones de emergencia en las que no durmieron por trabajar arduamente de día y de noche, el ingeniero Can Estrella compartió una anécdota que muestra la solidaridad de una compañía circense con la SCT.

"En un temporal que se dio aquí en Campeche nos fuimos a patrullar los caminos, por si había árboles caídos o alguna incidencia. Me acuerdo muy bien que al pasar por el puente Siho se veía completo y todo, y regresamos a Campeche. Al otro día, nos encontramos con la novedad de que se había dañado el puente Siho-Playa, entonces nos pusimos las pilas y empezamos a trabajar. Para esto, la caja de un tráiler que traía 40 toneladas de madera, quedó sobre la losa del puente y dos llantas del tracto camión se habían quedado en tierra firme, las otras habían quedado al aire, volando. Nosotros teníamos que abrir paso y se contrató al transporte de banqueteros para acarrear piedra, de tal manera que teníamos que llegar al nivel de las llantas para poder calzar el tracto-camión.”

"Llegamos a un cierto nivel y las cuadrillas debían llenar bolsas de grava para poder calzar las llantas del tráiler y así, poderlo sacar; se trabajó arduamente toda la noche, con la intensidad del tráfico reflejado en kilómetros y kilómetros de vehículos parados. Esa vez había llegado un circo aquí a Campeche, que traía la novedad de los personajes llamados Power Rangers.”

"Recuerdo muy bien que a las tres o cuatro de la tarde, el personal de la SCT estaba cansado y con las manos lastimadas de tanto embolsar y acomodar, fue entonces cuando se acercó el dueño del circo y me dijo: ‘ingeniero, veo que ya su gente está muy cansada, denos la oportunidad de ayudarles.’ Le dije que no porque ese era trabajo de nosotros, pero él insistió: ‘denos la oportunidad de ayudarles, lo único que necesito es que usted me ponga la grava acá, y los costales allá y mi gente se va a encargar de lo demás’. Entonces dije ‘sí, adelante’. Todos hemos ido a algún circo y me acuerdo la forma tan coordinada que trabaja su gente para montar un evento y el otro.”

"Resulta que llegaban las góndolas de 14, 28 metros de grava y ahí estaban los costales; ellos se encargaron de embolsar con una rapidez tremenda, tanta, que llegaron pronto al nivel de las llantas del tracto-camión. Procedimos a sacarlo, pero unos gatos que traía la caja del tráiler se habían vencido, entonces se acercó el dueño del circo y me dijo: ‘ingeniero, deme esta oportunidad, voy ahorita a calzar los gatos de ese tráiler’. Y sí, los calzó y todo. Ahora para sacar al tracto-camión, se subió el chofer del tráiler y toda la gente que venía en el circo rodeó la caja, y a la cuenta de tres lo quisieron levantar. En el primer intento no pudieron, no salió, pero en el segundo, ya lo sacaron.”

 

MARBEL DEL CARMEN PECH GONZÁLEZ

Apoyo en los desastres naturales

Marbel nos habla de su actuación durante y después del paso de los huracanes Opal y Roxana por Campeche en 1995: “he aprendido bastante al trabajar con muchos ingenieros y fue una gran experiencia poder apoyar su labor en los trabajos realizados durante los huracanes. Ellos en el campo, y nosotras, en las labores administrativas, cuidando los aspectos legales para proteger siempre los intereses de la dependencia, como, por ejemplo, lograr convenios con los ejidatarios para poder pasar las carreteras, porque muchas de ellas fueron destruidas por la fuerza de los huracanes. Había que trabajar con cada grupo de ejidatarios para pedirles autorización y asistir a sus asambleas; a veces se ponían en un plan de ‘si no me pagas primero, no te dejo pasar’. Entonces, realizar todas esas labores de conciliación, de diálogo con todos los afectados de la zona representan experiencias que día a día, nos ayudan a seguir trabajando mejor.”

"Hasta la fecha, los trabajos de modernización y ampliación de las carreteras nos obligan a lograr siempre la conciliación con las partes involucradas, hacerles saber la importancia de estos trabajos para tener mejores vías de comunicación.”

Otras labores de la SCT

“Hemos laborado muy cerca con los ingenieros y siempre aprendemos mucho de ellos, de todas sus experiencias”

Por lo general, cuando uno piensa en la labor de la Secretaría, nos imaginamos solamente carreteras. La licenciada Pech nos ofrece una visión más amplia con base en su experiencia personal. “No atendemos solo a las carreteras, hemos trabajado cuando el ferrocarril tuvo problemas con los ejidatarios de Escárcega, debido a las dificultades de sus tierras para su regularización. Apoyamos también en la licitación del puente El Zacatal y en la construcción de la autopista a Champotón; entonces estaba embarazada y, aun así, hice los recorridos con el difunto ingeniero Pedro Chaveras para conciliar con los ejidatarios.”

"Hemos laborado muy cerca con los ingenieros y siempre aprendemos mucho de ellos, de todas sus experiencias. En el área jurídica tenemos que convivir con todos: los de comunicaciones, los de transportes…, es una gran experiencia estar en cada una de las áreas. En un momento estamos atendiendo a los transportes, en otro momento a las carreteras, contratos. En fin, la Secretaría es una gran escuela a la que le agradezco estar aquí y obtener todos los conocimientos y las experiencias para seguir aquí hasta que Dios lo permita.”

 

MIGUEL ÁNGEL IBARRA ESTRADA

"He formado parte de proyectos de gran envergadura, principalmente, en México, como, por ejemplo, en la carretera Durango-Mazatlán y el desarrollo de sus túneles; el puente Baluarte, el puente Carrizo. También en diseños de edificios de gran altura, así como en sistemas de telecomunicación o de transporte como son los sistemas teleféricos.”

El puente de la Unidad

El ingeniero Ibarra nos habla de las características de este puente: “está conformado por 74 apoyos, para formar setenta y tres claros de aproximadamente cuarenta y cinco metros de longitud. Aquí la dificultad principal fue construirlo sobre un sistema marítimo y las repercusiones que eso tenía sobre los elementos estructurales, por la complejidad climática, debido a la durabilidad que deben de presentar los elementos; y, básicamente, el desarrollo del proyecto se basó en estos sistemas.”

"Dos años llevo aquí, en el desarrollo del proyecto, soy superintendente de la empresa Constructora Mexicana de Ingeniería y esencialmente lo que trabajamos es el desarrollo del proyecto. En especial damos asesorías respecto a los distintos sistemas constructivos para lograr avances y mejoras a la calidad de la obra durante el proceso de construcción.”

 

RICARDO MANUEL GARCÍA BALAN

La familia y el trabajo en la SCT

“La vida de la familia de los camineros siempre es difícil. A mi hijo, desde que tiene uso de razón, me lo llevaba conmigo en verano a la residencia de obra”

A Ricardo le interesa destacar el factor familia en el trabajo de los camineros. Después de ejemplificar este aspecto con los relatos ofrecidos por su compañero Mauricio, quien tuvo que pedirle a su mujer alejarse un año para trabajar en otro sitio, sumando finalmente 20 años; o lo relatado por la licenciada Marbel, quien trabajó embarazada en la liberación del derecho de vía, igual que la ingeniera Yolanda, como residente de obra, Ricardo reconoce que “a la hora en que vamos a construir los caminos, pues dejamos a la esposa, a nuestros hijos en casa. Antes tardábamos más porque eran de manera mensual o catorcenal, las ocasiones en que nos íbamos y regresábamos nada más, por dos o tres días; últimamente con la modernización de las carreteras se ha ido disminuyendo el tiempo y, a veces resulta que nos cambian a la semana de ciudad, de Centro SCT y, no es posible que la familia nos acompañe.”

"La vida de la familia de los camineros siempre es difícil. A mi hijo, desde que tiene uso de razón, me lo llevaba conmigo en verano a la residencia de obra; desde los siete años anda en los caminos, ahora ya tiene 16 y quiere ser ingeniero civil. Me tocaba estar fuera de casa una semana o más, mis hijos se acostumbraron a los campamentos por aquellos días, dormían todos en el mismo cuarto con mi esposa. Cuando me cambiaron más de fijo para estar acá en la Residencia General en Campeche, ya no tuve tanta necesidad de viajar frecuentemente. Ellos mismos me decían: ‘oye papá, ¿cuándo te vas, porque ya nos estorbas acá, prácticamente, para seguir nuestra vida?’. Entonces, pasa eso de que ellos se van acostumbrando a ir haciendo su día a día, sin que nosotros estemos presentes, y a veces es difícil esa convivencia.”

 

YOLANDA DEL CARMEN BASULTO MAY

Un poco de historia

"Siendo apenas una estudiante que no tenía definida qué carrera iba a estudiar, me tocó entrar al área de Servicios Técnicos y, ahí empecé a oír los comentarios de que ‘la carrera de ingeniería era muy difícil, que no la iba a poder sacar, que mejor estudiara una carrera más fácil para una mujer…’ A pesar de todo aquello, me decidí por la carrera de ingeniería.”

“Agradezco la oportunidad de crecer que me han dado como trabajadora y mujer, en las áreas técnicas… la secretaría sigue siendo una escuela donde siempre hay algo que aprender”

"Después de Servicios Técnicos pasé al área de Edificación, me tocó construir este lugar donde estamos y, de ahí pasé al área de Conservación donde me dieron la oportunidad de ser Residente de Obra. Aquí en el Centro SCT Campeche sólo somos dos mujeres residentes y se nos hace un poco difícil porque tenemos que atender también nuestra casa, familia y estar pendiente de los trabajos de la Secretaría; cuando toca alguna emergencia no hay de que ‘te vas a casa´, tienes que solucionar los problemas, entonces tenemos un aprendizaje constante.”

"Agradezco la oportunidad de crecer que me han dado como trabajadora y mujer, en las áreas técnicas, y quiero decir que, para la gran mayoría de nosotros, la Secretaría sigue siendo una escuela donde siempre hay algo que aprender.”

 

 

Portada: Equipo de profesionistas del Centro SCT-Campeche. José Bracho.