Matilde Landeta, una “mujer del celuloide”
Matilde Soto Landeta fue directora, guionista, adaptadora y productora de cine en México. Nació en la calle de Guatemala del centro histórico de la capital del país, el 20 de septiembre de 1913, año en el que el presidente Francisco I. Madero y su gobierno fueron derrocados con un golpe militar encabezado por Victoriano Huerta.
Desde niña, mostró fascinación por adaptar y montar obras de teatro
Huérfana a los tres años de edad, por la muerte de su madre a causa de la tifoidea que asolaba a la Ciudad de México, Matilde se fue a vivir a San Luis Potosí con su abuela Dolores Dávalos de Landeta, quien además de cuidados, le procuró una educación profundamente católica. Estudiante en la primaria del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús y, en la secundaria, en el Internado de las Madres Dominicas, Matilde mostró inclinaciones por el arte a muy temprana edad, pues disfrutaba de adaptar y montar obras de teatro que escenificaba frente a su familia y amigos.
Hacia 1927, la joven viajó al lado de su único hermano a San Louis Missouri, Estados Unidos con el propósito de estudiar inglés. Fue ahí donde Matilde tuvo su primer contacto con el mundo del cine, pues en la gran pantalla vio Old San Francisco del director Alan Crosland. La impresión de aquella historia fue tan poderosa que esa misma noche, Matilde decidió “que algún día haría una película como ésa.”
Cinco años después y de vuelta al país en 1932, Matilde Landeta se encontró para siempre con su destino, pues su hermano Eduardo, -actor de profesión-, consiguió un papel en la película Sobre las olas, dirigida por el reconocido realizador Miguel Zacarías. Así, en una visita a los Estudios de la Nacional Productora, Matilde respiró “el ambiente cinematográfico” al cual terminaría entregándole cerca de 60 años de su existencia.
Matilde cuestionó el destino impuesto a las mujeres de su época
La pasión de Matilde por el cine no entusiasmó de igual manera a su familia, pues esperaban que ella concluyera sus “estudios comerciales y se casara.” Al rememorar esos años, Landeta afirmó nunca haber aceptado el destino impuesto a las mujeres en aquella época, donde “solo había dos alternativas: el matrimonio o la prostitución. Y, como ninguna de las dos cosas le atraía, se propuso hacer algo extraordinario, algo que se pareciera a la fascinante película Old San Francisco."
“EL CINE ES MEJOR QUE LA VIDA”
Durante la década de los cuarenta y deseosa de instruirse en el quehacer cinematográfico (incluida, la edición y la fotografía)1, Matilde se dispuso a aprender de creadores como Julio Bracho, Emilio “El Indio” Fernández, Agustín Delgado, Jaime Salvador y Mauricio Magdaleno, el oficio artístico que terminaría convirtiéndola en la primera directora de cine en México con el estreno de su película Lola Casanova en 1948.
Su debut representó una transformación en la industria cinematográfica nacional, pues por primera vez en la historia del cine mexicano, una mujer, además de escribir y dirigir, negociaba con los grandes productores, el financiamiento de sus cintas. Ante la desconfianza y las dificultades para obtener dinero debido a su condición de mujer, Landeta se vio obligada a hipotecar sus propiedades con tal de filmar las cuatro películas que dirigió en su vida profesional: Lola Casanova (1948), La negra Angustias (1949), Trotacalles (1951) y Nocturno a Rosario (1991).
Participó en el movimiento sindical que exigió igualdad de oportunidades en el cine para hombres y mujeres
Determinada a no dejar de hacer cine pese a las circunstancias, Matilde Landeta incursionó en la realización de cortometrajes en Estados Unidos, de los cuales llegó a producir más de 110, al tiempo que fue invitada a impartir clases en el Instituto Cinematográfico, primera escuela de cine en México fundada por el escritor y dramaturgo Celestino Gorostiza. La situación de “desventaja” de las mujeres en la industria cinematográfica, convenció a Matilde de integrarse al movimiento sindical que, durante los años 50 y 60 del siglo pasado, demandó la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres dentro del cine mexicano.
Cineasta de tiempo completo, Matilde Landeta presidió en dos periodos (1983-1984 y 1985-1986), la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y, tras cuatro décadas de haber dirigido su última película, regresó en 1991 al set de filmación con la historia Nocturno a Rosario, cuya realización fue posible gracias a que vendió los derechos del resto de sus películas en España.
En sus películas reivindicó la libertad de decisión de las mujeres
Calificada como “una mujer del celuloide”, Matilde Landeta consolidó en los años finales de su vida, una obra fílmica marcada por la defensa de la libertad y la capacidad de las mujeres a decidir sus acciones y sus vidas. En 1992, la Cineteca Nacional homenajeó a la directora con la exhibición del cortometraje Matilde Landeta. Siete años después de este reconocimiento a su trayectoria y legado fílmico, quien inscribiera su nombre como la primera mujer directora de cine en México, murió el 26 de enero de 1999, a los 86 años de edad, en la misma ciudad que la vio nacer.