Hermanas Mirabal, “las Mariposas” que lucharon contra una dictadura
“Si me matan…
Yo sacaré los brazos de la tumba
y seré más fuerte”
Minerva Mirabal
Considerado como uno de los regímenes más cruentos de América Latina, la dictadura del general Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana, comenzó en la tercera década del siglo XX, extendiéndose hasta el final de 1961. Tras derrocar al gobierno constitucional y, en medio de una profunda crisis económica, social y política, Trujillo llegó al poder el 16 de agosto de 1930 sofocando a la oposición política e instaurando una férrea vigilancia sobre la sociedad dominicana, a través del Servicio de Inteligencia Militar.
Sus vidas estuvieron marcadas por el autoritarismo del régimen militar
Nacidas en el seno de una familia rural acomodada, en el municipio de Salcedo, las niñas Patria (1924-1960), Minerva (1926-1960) y, María Teresa Mirabal (1936-1960), crecieron en un entorno donde la persecución y el autoritarismo obligó a miles de dominicanos a unirse a la resistencia para luchar contra la tiranía, tal y como lo hicieron sus padres, Enrique Mirabal Fernández y Mercedes Reyes Camilo, quienes transmitieron a sus hijas el ideal de libertad y democracia para su pueblo.
Destacadas desde pequeñas por su inteligencia y su amor al estudio, la lectura y el arte, Patria, Minerva y María Teresa cursaron la primaria en la sección Ojo de Agua de su municipio natal, graduándose tiempo después, en estudios secretariales, derecho e ingeniería en agronomía, respectivamente.
En reuniones clandestinas discutieron las estrategias para hacer caer a la dictadura
Dueñas para ese entonces de una sólida conciencia social, decidieron unirse al Movimiento Revolucionario 14 de Junio1, considerado por el trujillismo como el principal grupo de izquierda en República Dominicana. Vinculadas por su activismo y disidencia política al Partido Socialista Popular, las Mirabal comenzaron a asistir a reuniones clandestinas que de inmediato las pusieron en peligro de muerte y cárcel, igual que a sus compañeros militantes y a sus familias.
LA DEMOCRACIA NECESITA DE “MUJERES ANTITRUJILLISTAS”
Operaron un movimiento de resistencia con miras a preparar una revolución popular
Para continuar con las actividades que les permitieran combatir la intimidación, la represión, las torturas, las aprehensiones y los asesinatos de la dictadura, las hermanas Mirabal adoptaron el sobrenombre de Las Mariposas, con el claro objetivo de operar un movimiento de resistencia que les ayudara a reestablecer el orden institucional y la democracia en su país.
Exhortaron a las dominicanas a ser valientes y organizarse como una fuerza
Conscientes de que sus esfuerzos recibían el apoyo de amplios sectores del pueblo, Patria, Minerva y María Teresa apelaron a las mujeres como una voz y una fuerza que había sido “cooptada” por el general Trujillo desde 1942, año en el que les otorgó el sufragio universal, no como un reconocimiento a sus derechos políticos, sino como una estrategia para construir una “imagen de falsa democracia […], apropiándose la causa cívico-patriótica de las feministas para reemplazarla por la adulación personal”.2 De esta forma, las Mirabal comprendieron que para alcanzar la democracia en la nación eran necesarias “mujeres antitrujillistas dispuestas a tomar las calles, a tocar las puertas de la Asamblea Nacional y unirse a la rebelión en defensa de la Patria.”3
Juzgadas y sentenciadas por sus acciones como personas que “atentaban contra la seguridad del Estado dominicano”, Las Mariposas fueron acusadas, maltratadas y puestas presas en diferentes ocasiones, hasta que el 25 de noviembre de 1960, fueron brutalmente vejadas y asesinadas por la policía secreta que precipitó el automóvil donde viajaban a un barranco para simular un accidente.
Las Mariposas se transformaron en el “símbolo más puro” de los ideales de libertad y justicia
Consideradas, a partir de entonces, como un estandarte de la lucha por los ideales de justicia y libertad política, la desaparición de las Mirabal significó el principio del fin de la dictadura militar de Rafael Leónidas Trujillo, quien murió acribillado a tiros en una carretera de República Dominicana, el 30 de mayo de 1961, casi seis meses después del crimen cometido contra Las Mariposas.
Con una trágica estela de 50 mil dominicanos muertos por el sistema trujillista durante 31 años de existencia, el legado de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal transformó la historia de su país al abrir camino a la democracia y convocar a elecciones libres en diciembre de 1962, donde el líder del Partido Revolucionario Dominicano, Juan Bosch, resultó vencedor.4
El feminismo se nutrió con el pensamiento liberal y reformista de las hermanas Mirabal
Además, el feminismo se nutrió de la herencia liberal y reformista de las hermanas Mirabal, pues en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia (1981), las delegadas decidieron honrar “su memoria y su revolución de las conciencias” instituyendo el 25 de noviembre -fecha de su atroz asesinato-, como el Día Internacional de la No Violencia hacia las Mujeres.5