FUPDM, mujeres en lucha por el derecho a votar (1935-1940)
El Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM), fue la organización femenina sufragista más importante en México durante la segunda mitad de los años’ 30 del siglo XX. Nació en el seno de un congreso realizado el 28 agosto de 1935 en el Teatro Hidalgo de la capital del país, lugar al que asistieron, militantes del Partido Comunista Mexicano (PCM), del Partido Nacional Revolucionario (PNR), e integrantes de 25 organizaciones feministas procedentes de todo el país.1
El FUPDM luchó por los derechos políticos y sociales de las mexicanas
Con el objetivo de reunir la fuerza necesaria para luchar por los derechos políticos y sociales de las mexicanas, el Frente Único logró aglutinar a 800 agrupaciones y afiliar a 50 mil mujeres de diferentes actividades (maestras, obreras, costureras, lavanderas, campesinas); clases sociales, tendencias ideológicas (comunistas, anarcosindicalistas, antifascistas, liberales) y, credos religiosos (católicas).
El Frente Único consideró que lograr la igualdad de la mujer era una tarea impostergable
Conscientes de que lograr la igualdad de la mujer era una tarea impostergable en la sociedad mexicana, las integrantes del Frente incluyeron entre sus causas la reivindicación de derechos fundamentales como la educación (alfabetización, desayunos escolares y entrega de libros), el establecimiento de salas de asistencia infantil, clínicas de maternidad, dotación de tierras, seguridad social, hospitales, botiquines comunales y, desde luego, el derecho a votar y ser votadas.
Vincularse con “la política de masas” del cardenismo fue una estrategia del FUPDM
Dotado de una estructura que le permitió vincularse con “la política de masas” del cardenismo (1934-1940)2, y divulgar los principios del gobierno federal respecto a la Guerra Civil española (1936-1939), el Frente Único Pro Derechos de la Mujer abrió un nuevo horizonte para sus demandas con la creación en 1937, del Consejo Nacional del Sufragio Femenino, con el cual centró sus trabajos en la exigencia del voto femenino.3
El presidente Cárdenas propuso “colocar en un plano de igualdad política” a las mujeres mexicanas
Imbuido por el impulso e “inquietudes cívicas” de la militancia comunista femenil que había nutrido la movilización de las mujeres mexicanas desde 19234, el presidente Lázaro Cárdenas declaró, tras un mitin organizado por la Confederación Femenina Mexicana en el estado de Veracruz, que “su gobierno no se detendría a tratar sólo las cuestiones que interesen o más convengan a los varones, sino que colocaría a las mujeres en el mismo plano que a los hombres”. Por ello, -agregó-, presentaría ante el Congreso, una iniciativa de Reforma al Artículo 34 de la Constitución, con el fin de “que las mujeres queden definitivamente incorporadas a la función social y política, pues no sería justo que reclamemos su presencia en los actos sociales, si no la hemos colocado en un plano de igualdad política."5
Sin el voto de las mujeres, la función cívica electoral estaría incompleta
Ante el gesto presidencial, el FUPDM desplegó una intensa campaña a favor del proyecto que pretendía el reconocimiento de los derechos ciudadanos de las mexicanas, de ahí que en su penúltimo informe de gobierno, Lázaro Cárdenas exhortara a las legislaturas de los 12 estados que aún no habían aprobado la Reforma a ratificarla, ya que en sus palabras: "el sufragio en México debe ser complementado esencialmente por el voto de las mujeres, pues de otra manera sería incompleta la función cívica electoral […] con agravio de la civilización y de la doctrina revolucionaria de nuestros días.”6
El lema del Frente Único fue: “Por la liberación de la mujer”
Bajo el lema, “Por la liberación de la mujer”, el Frente Único contó con una dirigencia de mujeres formadas en “organizaciones de base”, particularmente, en las ligas agrarias de los estados, escuelas rurales, centros de trabajo artesanales y obreros, así como mujeres dedicadas al hogar con liderazgo en sus núcleos domésticos. Esta diversidad propició que en el FUPDM coexistieran posiciones variopintas sobre el feminismo, desde la concepción de la mujer como un ser oprimido y en situación de inferioridad económica, social y biológica, hasta las que asumían que las mujeres contribuirían al mejoramiento social mediante obras de caridad, siendo esposas más conscientes o madres abnegadas.
Las mexicanas continuaron en pie de lucha hasta lograr el derecho al voto en 1953
Aunque al final del periodo cardenista, las condiciones parecían propicias para que la lucha de las mujeres por el derecho a votar fuera reconocido constitucionalmente, la Declaratoria que daría validez y vigencia al sufragio femenino en 1938, no fue publicada en el Diario Oficial de la Nación7. Debido a ello, las mexicanas continuaron activas y en movimiento durante 15 años más, pues fue hasta el 17 de octubre de 1953, que el Congreso determinó que en México, la mujer tenía derecho a votar y ser votada en las elecciones a nivel nacional.