Elena Garro y “sus recuerdos del porvenir”

Elena Garro y “sus recuerdos del porvenir”

Elena Garro Navarro nació el 11 de diciembre de 1916 en la capital del estado de Puebla.1 Hija del matrimonio formado por Esperanza Navarro, nacida en Chihuahua y, José Antonio Garro, originario de Asturias, España, la pequeña Elena perteneció a una familia que emigró al sur del país buscando un lugar donde sobrevivir las estrecheces económicas producidas por largos años de lucha armada.

La niñez fue la etapa en la que Elena Garro descubrió el mundo familiar, natural, social e intelectual que influirían poderosamente en su trabajo literario. Fotos recuperadas de: Excélsior y El Sol de Puebla.
La niñez fue la etapa en la que Elena Garro descubrió el mundo familiar, natural, social e intelectual que influirían poderosamente en su trabajo literario. Fotos recuperadas de: Excélsior y El Sol de Puebla.

El maderismo impactó a los más diversos sectores sociales del país. La familia Garro simpatizó con la causa revolucionaria de Madero y de Villa. Fotos recuperadas de: INAH y El Sol de Puebla.
El maderismo impactó a los más diversos sectores sociales del país. La familia Garro simpatizó con la causa revolucionaria de Madero y de Villa. Fotos recuperadas de: INAH y El Sol de Puebla.

En los años veinte del siglo pasado, la familia Garro se trasladó a Iguala, Guerrero

Al comenzar la década de los veinte, los Garro Navarro se trasladaron a Iguala, Guerrero para dedicarse a la venta de manta y de cambaya2, telas usadas ancestralmente por los indígenas de la región en lienzos, cobijas y vestidos. Al rememorar aquellos tiempos, Elena Garro escribió: “Mi casa era blanca y hermosa, con un corredor en forma de escuadra, lleno de palmas de sombra, helechos, geranios y begonias, grandes piñanonas y pájaros enjaulados […] que, todas las mañanas muy temprano, nos despertaban con sus trinos. En el centro del patio había varios árboles, como las magnolias que de tan perfumadas me mareaban y las jacarandas color lavanda por las que se filtraba un sol radiante…”3

La familia de Elena Garro encontró en Iguala, Guerrero, las oportunidades económicas que las rudezas revolucionarias les habían negado a su paso por la Ciudad de México y la capital de Puebla. Foto recuperada de: Guerrero Quadratin.
La familia de Elena Garro encontró en Iguala, Guerrero, las oportunidades económicas que las rudezas revolucionarias les habían negado a su paso por la Ciudad de México y la capital de Puebla. Foto recuperada de: Guerrero Quadratin.

De niña atestiguó la miseria, discriminación e injusticia padecidas por los trabajadores

Para la futura escritora, su infancia sería la época más añorada a lo largo de su vida, pues descubrió un mundo natural y social que más tarde sería la esencia de su obra literaria. Rodeada por montañas verdes o amarillentas, según la temporada, de aullidos de coyotes que “le ponían la piel de gallina”, así como por casas cubiertas de tejas rojizas, mangos y pozos de agua azul, Elena Garro también atestiguó en su niñez, la miseria, discriminación e injusticia padecidas por los peones y las trabajadoras domésticas con quienes convivía día tras día.

El paisaje, el clima, aromas y colores de Iguala, Guerrero saturaron los sentidos y los recuerdos de Elena Garro enriqueciendo su capacidad creativa y su obra literaria. Fotos recuperadas de: México en fotos.
El paisaje, el clima, aromas y colores de Iguala, Guerrero saturaron los sentidos y los recuerdos de Elena Garro enriqueciendo su capacidad creativa y su obra literaria. Fotos recuperadas de: México en fotos.

El hambre y la desigualdad estuvieron presentes en la infancia y adolescencia de Elena Garro, quien muy temprano reconoció la lucha por la tierra, como una causa legítima del pueblo mexicano. Fotos recuperadas de: México en fotos.
El hambre y la desigualdad estuvieron presentes en la infancia y adolescencia de Elena Garro, quien muy temprano reconoció la lucha por la tierra, como una causa legítima del pueblo mexicano. Fotos recuperadas de: México en fotos.

 

“QUERÍA ESTUDIAR ALGO QUE ME ENSEÑARA A ESCRIBIR”

Debido al amor prodigado a los libros en el seno familiar4, Elena Garro leyó tempranamente a los clásicos griegos, a los escritores del siglo de oro español y a los románticos alemanes de cuyas obras asimiló la fascinación por la palabra.

En 1934 decidió “hacer una carrera que la enseñara a pensar y a escribir”

Deseosa por descifrar y expresar mediante la escritura, el mundo interior que la habitaba, la joven buscó “hacer una carrera que la enseñara a pensar y a escribir.” Atraída, además, por la poesía, la danza, el teatro, el cine y la música, viajó a la capital del país para ingresar a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en 1934, año en que “México estaba en ebullición, pues el grupo de intelectuales y escritores llamado los Contemporáneos reinstalaban la cultura después de la revolución y la sangrienta guerra cristera.”5

Además de la poesía y la literatura, la joven halló en la danza, la coreografía y el teatro otras de sus grandes pasiones, a las cuales accedió al ingresar a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Fotos recuperadas de: El Universal y México de Raíz.
Además de la poesía y la literatura, la joven halló en la danza, la coreografía y el teatro otras de sus grandes pasiones, a las cuales accedió al ingresar a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Fotos recuperadas de: El Universal y México de Raíz.

Además, tuvo la oportunidad de trabajar entonces con el escritor y poeta Xavier Villaurrutia en la puesta en escena, Perséfona, obra de André Gide, al tiempo que se desempeñó como coreógrafa en el Teatro Universitario, dirigido por Julio Bracho.

Elena Garro complementó su formación académica y vital con la lectura del Romancero gitano, de Federico García Lorca, Antología, de Gerardo Diego y Sobre los ángeles, poemario de Rafael Alberti, a quien escuchó de viva voz en una serie de conferencias ofrecidas por el poeta en el Centro Asturiano de México.

Surgida en la segunda década del siglo XX en España, la Generación del 27 influyó en Elena Garro, quien descubrió en autores como García Lorca y Alberti, los dones de la modernidad y la vanguardia literaria. Fotos recuperadas de: Todo colección.
Surgida en la segunda década del siglo XX en España, la Generación del 27 influyó en Elena Garro, quien descubrió en autores como García Lorca y Alberti, los dones de la modernidad y la vanguardia literaria. Fotos recuperadas de: Todo colección.

Viajó en plena guerra civil española para asistir a un congreso de escritores antifascistas

Fue en esos “inolvidables años”, cuando Elena Garro conoció a Octavio Paz, cuya comunión amorosa la llevaría a sumarse a la delegación de intelectuales y artistas que en 1937, viajó en plena guerra civil española6 para participar en el Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura en contra del fascismo: “se formaron dos grupos para ir a España, el de los invitados: Carlos Pellicer, Octavio Paz y José Mancisidor, y el de los espontáneos: Silvestre Revueltas, Juan de la Cabada, Fernando Gamboa, José Chávez Morado y María Luisa Vera.”7 Consciente de la trascendencia de la historia y la memoria, Elena Garro se dio a la tarea de escarbar en el pasado y ahondar en sus recuerdos para jalar el hilo que le permitiera comprender su propia existencia.

Al rememorar el año 1937, Garro aseguró que en aquellos días “era menor de edad, en España había una guerra civil y en México, escritores y artistas acudían a la embajada para enrolarse en el ejército español”. Fotos recuperadas del libro: Memorias de España.
Al rememorar el año 1937, Garro aseguró que en aquellos días “era menor de edad, en España había una guerra civil y en México, escritores y artistas acudían a la embajada para enrolarse en el ejército español”. Fotos recuperadas del libro: Memorias de España.

YO SOLO SOY MEMORIA Y LA MEMORIA QUE DE MÍ SE TENGA

En 1963 publicó Los recuerdos del porvenir, novela en la que rescató su infancia

Hacia el año 1963 y tras más de una década de mudanzas y escritura, Elena Garro publicó en México, la novela Los recuerdos del porvenir, en cuyas páginas rescató su infancia transcurrida en Iguala, Guerrero. Poniendo como telón de fondo un pueblo inventado llamado Ixtepec, Garro de 47 años de edad, contó en su obra, la historia de los hermanos Moncada quienes “renunciaron a toda ilusión”, tras experimentar la desolación dejada por la revolución y el conflicto cristero.

Galardonada con el Premio Xavier Villaurrutia, activa en el ejercicio de un periodismo de corte social en el que abordó temas complejos como el agrarismo, Elena Garro no tardó en ser reconocida como “una de las mejores escritoras de México” gracias a creaciones como Un hogar sólido, La semana de colores y El árbol, entre otras obras.

Tras más de una década de escritura, la novela Los recuerdos del porvenir obtuvo en 1963, junto con La Feria, de Juan José Arreola, el Premio Xavier Villaurrutia. Fotos recuperadas de: Librerías de ocasión e INBAL.
Tras más de una década de escritura, la novela Los recuerdos del porvenir obtuvo en 1963, junto con La Feria, de Juan José Arreola, el Premio Xavier Villaurrutia. Fotos recuperadas de: Librerías de ocasión e INBAL.

Tras sus declaraciones sobre el movimiento estudiantil de 1968 estuvo fuera del país por más de dos décadas

La autora cerró la década de los sesenta en medio del desprestigio provocado por sus declaraciones respecto al movimiento estudiantil de 1968, pues señaló públicamente a varios intelectuales de izquierda de “manejar a los jóvenes”. Obligada por ello, al ostracismo y el autoexilio, Garro radicó por cerca de 20 años en ciudades como Nueva York, (Estados Unidos), Madrid, (España) y París, (Francia) hasta su retorno a México ocurrido en 1991 para recibir un homenaje en el Palacio de Bellas Artes.

Convencida de que era víctima de persecución política, Elena Garro permaneció fuera de México, donde los lectores reconocían su obra como una de las más singulares de nuestra literatura. Fotos recuperadas de: El Sol de Toluca e INBAL.
Convencida de que era víctima de persecución política, Elena Garro permaneció fuera de México, donde los lectores reconocían su obra como una de las más singulares de nuestra literatura. Fotos recuperadas de: El Sol de Toluca e INBAL.

A tempranas horas de una madrugada lluviosa, Elena Garro dejó este mundo a los 82 años de edad, convencida de que ella solo “era memoria y la memoria que de mí se tenga”. Foto recuperada de: AGN.
A tempranas horas de una madrugada lluviosa, Elena Garro dejó este mundo a los 82 años de edad, convencida de que ella solo “era memoria y la memoria que de mí se tenga”. Foto recuperada de: AGN.

En medio de condiciones económicas y de salud precarias, Elena Garro, “la mujer que pudo mirar y contar la realidad de manera original y casi mágica”, murió en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, el 22 de agosto de 1998, en compañía de su única hija, sus libros y sus gatos.

 

 

 

REFERENCIAS

1 Históricamente, Puebla es considerada como la cuna de la revolución mexicana por la trágica muerte de los hermanos Aquiles, Máximo y Carmen Serdán ocurrida el 18 de noviembre de 1910. Sin embargo, desde 1907 el estado fue uno de los focos de lucha contra el régimen de Porfirio Díaz debido a la pobreza de grandes sectores de la población, la falta de derechos para los trabajadores, la corrupción de los funcionarios y el surgimiento de clubes antirreeleccionistas decididos a evitar la permanencia del general Díaz en el poder. Hacia 1916, Puebla, igual que la nación, experimentó la tensión suscitada por las pugnas entre las diferentes facciones revolucionarias de cara a la integración del Congreso que daría luz a una nueva Constitución para México.
2 Hechas de algodón, las cambayas son mantas producidas en telares de pedal que recuperan la tradición textil indígena de México. Urdidas artesanalmente, se distinguen por sus franjas de vivos colores que, además de ser usadas en la confección de camisas, faldas y cortinas, se emplean en los cielorrasos de las construcciones antiguas.
3 Carlos Landeros, Yo, Elena Garro, México, Lumen, 2007, p. 37.
4 Elena Garro aseguraba que al pensar en su madre Esperanza, acudía a ella el recuerdo de verla “ensimismada en sus libros”. Por lo que consideraba su amor por la lectura como una herencia invaluable, pues le permitió “saciar su infinita curiosidad” de niña-adolescente. También se declaraba agradecida con su inolvidable tío Boni, (hermano de su padre), por haberla introducido “en el intríngulis de las raíces griegas y latinas”, las cuales le habían servido para “conocer con rigor, el origen y el significado de las palabras”. En Yo, Elena Garro, p. 38.
5 En Yo, Elena Garro, p. 40.
6 Gracias a la aparición del poemario “No pasarán” (30 de septiembre de 1936), Octavio Paz fue invitado por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, el cual se realizó en Valencia, España en 1937. Con el apoyo del gobierno del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940), México conformó una delegación de intelectuales, cuyo objetivo fue solidarizarse con la República española y, al mismo tiempo, reflexionar sobre el compromiso político del escritor y la dignidad del pensamiento, el individuo y el humanismo en la sociedad contemporánea.
7 En Yo, Elena Garro, p. 40.
 
FUENTES CONSULTADAS:
- “La Revolución Mexicana en Puebla”, en Raymundo García García, Puebla. Historia de las instituciones jurídicas, México, UNAM, Senado de la República, 2010, pp. 147-159.
- Marco Aurelio Carballo (selección y nota introductoria), Elena Garro, México, Dirección de Literatura, Coordinación de Difusión Cultural UNAM, 2008.
- Elena Garro, Obras Reunidas, Tomo I, México, FCE, 2006.
- Elena Garro, Memorias de España. 1937, México, Siglo XXI Editores, 1991.
- “Elena Garro y el México desquebrajado” [en línea], México, Suplemento Confabulario, El Universal. Disponible en: https://confabulario.eluniversal.com.mx/elena-garro-y-el-mexico-desquebrajado/ Consulta realizada: 6 de junio de 2024.
-Carlos Landeros, Yo, Elena Garro, México, Lumen, 2007.
- Lucía Melgar, “Elena Garro: poderes de la palabra”, México, Letras Libres, Convivio, diciembre 2016.
- María Guadalupe Molina Fuentes, “El conflicto cristero en México: el otro lado de la Revolución”, Itinerantes. Revista de Historia y Relígión, número 4, 2014.
- Celia San Juan Carreto, Los signos escritos en el aire. Análisis temático de la poesía de Elena Garro, España, Universidad de Girona, 2020.
- Emiliano Ruiz Parra, Elena Garro. La pérdida del reino, Edición digital, México, 2023. Disponible en: http://www.brigadaparaleerenlibertad.com/libro/elena-garro-la-perdida-del-reino Consulta realizada: 12 de junio 2024.
 
 PORTADA: Elena Garro inspiró a Juan Soriano quien en su obra la pintó como una “mujer que algo mira, mientras atrás, una puerta calla”. Imágenes: “Retrato de Elena Garro” (1948), y “Los recuerdos del porvenir”, Joaquín Mortiz, (1963).