“La Revuelta, donde las mujeres tomamos la palabra”
“Nuestro trabajo específico
consiste en buscar por doquier,
en cualquier problema o suceso del
pasado o del presente, la relación
con la opresión de la mujer.”
“Somos herederas del 68” fue el grito de lucha con el que un grupo de mujeres inició La Revuelta, revista publicada en México de 1976 a 1978 durante la segunda ola del feminismo y, cuyo lema, “lo personal es político”, se propuso reivindicar los principios del Movimiento de Liberación de la Mujer iniciado en 1975.
Con el propósito de motivar reflexiones críticas alrededor del rol de las mujeres mexicanas, La Revuelta revisó en sus páginas las relaciones de desigualdad de género en ámbitos como la política y la sociedad, al tiempo que abordó temas como la crianza de los hijos, el cuerpo, la relación de pareja y las diversas actividades laborales de las mujeres campesinas, obreras, afanadoras y barrenderas.
Editada por Eli Bartra, María Brumm, Chela Cervantes, Bea Faith, Lucero González, Dominique Guillemet, Berta Hiriart y Ángeles Necoechea, La Revuelta recuperó en cada uno de sus números, la historia y los asuntos más urgentes del feminismo a manera de “una utopía” en el transcurso de una década crucial en la conquista de los derechos femeninos en el mundo.
“MUJER CONCIENCIA”, LA NUEVA ERA DEL FEMINISMO
Insertas en un momento histórico donde intelectuales como Simone de Beauvoir, Betty Friedan, Gisele Halimi y Susan Sontag expresaban sus ideas y debatían sobre el papel de la mujer en la sociedad contemporánea en occidente, La Revuelta vio nacer su primer número en septiembre de 1976, manifestando la necesidad de “tomar la palabra para cambiar al mundo y transformar las condiciones de vida de las mujeres en México, hablando de ellas siempre en primera persona y evitar ser definidas por otros: Luchamos y seguimos luchando contra la explotación y la opresión de la mujer para que no nos consideren como seres dependientes o subordinados. Aquí estamos todas y queremos actuar en el espacio público”.1
Convencidas de que vivían una nueva era del feminismo, la revista La Revuelta pugnó por la expresión abierta de reivindicaciones propias y la formación de un pensamiento autónomo que concientizara respecto a la importancia de un esfuerzo que correspondía a todas las mujeres mexicanas, tanto a las que estaban en los campus universitarios, como a quienes se desempeñaban en los hospitales, los mercados y los diferentes centros de trabajo.
Acabar con las relaciones desiguales de poder y violencia de los hombres hacia las mujeres se convirtió entonces en el faro que alumbró la militancia de “las revoltosas”, como ellas mismas prefirieron autodenominarse. De ahí que, abordaran sin cortapisas temas considerados “tabú” en la época, como el derecho al aborto, la maternidad voluntaria, la contracepción, mujeres golpeadas, la sexualidad, el orgasmo y la frigidez femeninas.
Impresa en letras grandes y vistosas para facilitar su lectura y distribuida en las calles por sus redactoras como una forma de acción política y de presencia de las mujeres en el espacio público2, la revista La Revuelta forma parte central de la memoria del feminismo en México.